Ejercicio del mando…

José Benigno Carrión M.

Cuando han trascurrido más de dos años del gobierno de Lenín Moreno creemos que es tiempo suficiente para dar un criterio político sobre su mandato que, por supuesto, no ha dejado de afrontar situaciones adversas que han estado a punto de hacer zozobrar la nave del Estado. Prueba de ello es el cambio de vicepresidentes que se han visto obligados a dejar sus representaciones con cargos y situaciones bastante difíciles que no han dejado de escandalizar al país. Pero es bueno señalar que el actual vicepresidente, sin mayores pretensiones políticas, está cumpliendo satisfactoriamente sus funciones. Hay que puntualizar que no ha sido tarea fácil salir del atolladero; pues, el actual gobierno tuvo su origen correísta, que no puede negárselo. Esos son los avatares de la política. Sin embargo, Moreno no se dejó usar como una ficha política y abandonó a su protector Correa que quiso manejarlo a su manera. Así las cosas. Y aquella posible cirugía mayor no pudo realizarse. Allí estaban sus amigos y compromisos de ayer infiltrados en las esferas del poder. Por otra parte necesitaba votos en el parlamento y había que conseguirlos poniendo en juego el malabarismo político. En pocas palabras surgía otro movimiento: el morenismo, seguramente de fugaz existencia en nuestro accidentado devenir político.

Por ese entonces, octubre de 2019, el cotarro político se agitó. A los indígenas se les subió los humos y creyeron que era tiempo de sacar provecho. Empero, se trató con habilidad el asunto. Retornamos al orden. La oposición se sintió frustrada. Por su parte, el gobierno está sosteniendo la crisis económica mediante préstamos con el FMI siguiendo la política de siempre: el pueblo es quien paga los platos rotos. La crisis, indudablemente, tiene características de cronicidad a la cual nos encontramos avocados…Eso es todo. (O)

[email protected]

José Benigno Carrión M.

Cuando han trascurrido más de dos años del gobierno de Lenín Moreno creemos que es tiempo suficiente para dar un criterio político sobre su mandato que, por supuesto, no ha dejado de afrontar situaciones adversas que han estado a punto de hacer zozobrar la nave del Estado. Prueba de ello es el cambio de vicepresidentes que se han visto obligados a dejar sus representaciones con cargos y situaciones bastante difíciles que no han dejado de escandalizar al país. Pero es bueno señalar que el actual vicepresidente, sin mayores pretensiones políticas, está cumpliendo satisfactoriamente sus funciones. Hay que puntualizar que no ha sido tarea fácil salir del atolladero; pues, el actual gobierno tuvo su origen correísta, que no puede negárselo. Esos son los avatares de la política. Sin embargo, Moreno no se dejó usar como una ficha política y abandonó a su protector Correa que quiso manejarlo a su manera. Así las cosas. Y aquella posible cirugía mayor no pudo realizarse. Allí estaban sus amigos y compromisos de ayer infiltrados en las esferas del poder. Por otra parte necesitaba votos en el parlamento y había que conseguirlos poniendo en juego el malabarismo político. En pocas palabras surgía otro movimiento: el morenismo, seguramente de fugaz existencia en nuestro accidentado devenir político.

Por ese entonces, octubre de 2019, el cotarro político se agitó. A los indígenas se les subió los humos y creyeron que era tiempo de sacar provecho. Empero, se trató con habilidad el asunto. Retornamos al orden. La oposición se sintió frustrada. Por su parte, el gobierno está sosteniendo la crisis económica mediante préstamos con el FMI siguiendo la política de siempre: el pueblo es quien paga los platos rotos. La crisis, indudablemente, tiene características de cronicidad a la cual nos encontramos avocados…Eso es todo. (O)

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José Benigno Carrión M.

Cuando han trascurrido más de dos años del gobierno de Lenín Moreno creemos que es tiempo suficiente para dar un criterio político sobre su mandato que, por supuesto, no ha dejado de afrontar situaciones adversas que han estado a punto de hacer zozobrar la nave del Estado. Prueba de ello es el cambio de vicepresidentes que se han visto obligados a dejar sus representaciones con cargos y situaciones bastante difíciles que no han dejado de escandalizar al país. Pero es bueno señalar que el actual vicepresidente, sin mayores pretensiones políticas, está cumpliendo satisfactoriamente sus funciones. Hay que puntualizar que no ha sido tarea fácil salir del atolladero; pues, el actual gobierno tuvo su origen correísta, que no puede negárselo. Esos son los avatares de la política. Sin embargo, Moreno no se dejó usar como una ficha política y abandonó a su protector Correa que quiso manejarlo a su manera. Así las cosas. Y aquella posible cirugía mayor no pudo realizarse. Allí estaban sus amigos y compromisos de ayer infiltrados en las esferas del poder. Por otra parte necesitaba votos en el parlamento y había que conseguirlos poniendo en juego el malabarismo político. En pocas palabras surgía otro movimiento: el morenismo, seguramente de fugaz existencia en nuestro accidentado devenir político.

Por ese entonces, octubre de 2019, el cotarro político se agitó. A los indígenas se les subió los humos y creyeron que era tiempo de sacar provecho. Empero, se trató con habilidad el asunto. Retornamos al orden. La oposición se sintió frustrada. Por su parte, el gobierno está sosteniendo la crisis económica mediante préstamos con el FMI siguiendo la política de siempre: el pueblo es quien paga los platos rotos. La crisis, indudablemente, tiene características de cronicidad a la cual nos encontramos avocados…Eso es todo. (O)

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José Benigno Carrión M.

Cuando han trascurrido más de dos años del gobierno de Lenín Moreno creemos que es tiempo suficiente para dar un criterio político sobre su mandato que, por supuesto, no ha dejado de afrontar situaciones adversas que han estado a punto de hacer zozobrar la nave del Estado. Prueba de ello es el cambio de vicepresidentes que se han visto obligados a dejar sus representaciones con cargos y situaciones bastante difíciles que no han dejado de escandalizar al país. Pero es bueno señalar que el actual vicepresidente, sin mayores pretensiones políticas, está cumpliendo satisfactoriamente sus funciones. Hay que puntualizar que no ha sido tarea fácil salir del atolladero; pues, el actual gobierno tuvo su origen correísta, que no puede negárselo. Esos son los avatares de la política. Sin embargo, Moreno no se dejó usar como una ficha política y abandonó a su protector Correa que quiso manejarlo a su manera. Así las cosas. Y aquella posible cirugía mayor no pudo realizarse. Allí estaban sus amigos y compromisos de ayer infiltrados en las esferas del poder. Por otra parte necesitaba votos en el parlamento y había que conseguirlos poniendo en juego el malabarismo político. En pocas palabras surgía otro movimiento: el morenismo, seguramente de fugaz existencia en nuestro accidentado devenir político.

Por ese entonces, octubre de 2019, el cotarro político se agitó. A los indígenas se les subió los humos y creyeron que era tiempo de sacar provecho. Empero, se trató con habilidad el asunto. Retornamos al orden. La oposición se sintió frustrada. Por su parte, el gobierno está sosteniendo la crisis económica mediante préstamos con el FMI siguiendo la política de siempre: el pueblo es quien paga los platos rotos. La crisis, indudablemente, tiene características de cronicidad a la cual nos encontramos avocados…Eso es todo. (O)

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