Día de los Inocentes

Manuel Salinas Ordóñez

Hoy se celebra el Día de los Inocentes con bromas que se conocen como inocentadas, pero realmente la fecha se origina por un acto trágico en la vida de los católicos. Los inocentes fueron todos los niños menores de dos años de edad que fueron sacrificados por el Rey Herodes cuando se enteró que Dios humanizado nació en Belén hace dos mil 19 años.

La inocencia de aquellos niños que murieron no podría ser motivo de mofa por parte de ningún ser humano, pero en la historia, tal celebración se transformó en la edad media por la coincidencia de una fiesta pagana conocida como “la fiesta de los locos”, por ello, la transformación paulatina de celebrar la inocencia de los niños asesinados, por recordar a través de bromas y mofas a quienes las creen fácilmente y por ello, se denominan “inocentes”.

Conviene recordar las fechas conociendo su verdadero significado y no convencerse de falacias que pueden distorsionar los principios que el ser humano debe tener y que todo católico debe profesar.

Recordar a los inocentes como una triste fecha en la cual murieron seres humanos es deber de todo católico sin caer en la paganía de celebrar la fiesta de los locos que recuerda el acto de demencia de un Rey celoso que mandó a matar a todo niño para evitar que se cumpla la profecía de que nacería un Rey más poderoso que cualquier otra autoridad terrenal.

Recuérdese el día de hoy con tristeza que hace dos mil 19 años se asesinaron a niños menores de dos años de edad para evitar que Jesús viva y muera por la humanidad. Ese primer acto genocida no puede dejar de rechazarse y lamentemos por siempre la muerte de los niños que fueron asesinados por el simple hecho de haber nacido en la misma fecha que nació el Rey de Reyes.

La natividad de Jesús y la ulterior muerte de los niños inocentes debe forjar en el ser humano el sentimiento de amor al prójimo que se reduce a no hacerle daño a nadie, desde ningún concepto. (O)

[email protected]

Manuel Salinas Ordóñez

Hoy se celebra el Día de los Inocentes con bromas que se conocen como inocentadas, pero realmente la fecha se origina por un acto trágico en la vida de los católicos. Los inocentes fueron todos los niños menores de dos años de edad que fueron sacrificados por el Rey Herodes cuando se enteró que Dios humanizado nació en Belén hace dos mil 19 años.

La inocencia de aquellos niños que murieron no podría ser motivo de mofa por parte de ningún ser humano, pero en la historia, tal celebración se transformó en la edad media por la coincidencia de una fiesta pagana conocida como “la fiesta de los locos”, por ello, la transformación paulatina de celebrar la inocencia de los niños asesinados, por recordar a través de bromas y mofas a quienes las creen fácilmente y por ello, se denominan “inocentes”.

Conviene recordar las fechas conociendo su verdadero significado y no convencerse de falacias que pueden distorsionar los principios que el ser humano debe tener y que todo católico debe profesar.

Recordar a los inocentes como una triste fecha en la cual murieron seres humanos es deber de todo católico sin caer en la paganía de celebrar la fiesta de los locos que recuerda el acto de demencia de un Rey celoso que mandó a matar a todo niño para evitar que se cumpla la profecía de que nacería un Rey más poderoso que cualquier otra autoridad terrenal.

Recuérdese el día de hoy con tristeza que hace dos mil 19 años se asesinaron a niños menores de dos años de edad para evitar que Jesús viva y muera por la humanidad. Ese primer acto genocida no puede dejar de rechazarse y lamentemos por siempre la muerte de los niños que fueron asesinados por el simple hecho de haber nacido en la misma fecha que nació el Rey de Reyes.

La natividad de Jesús y la ulterior muerte de los niños inocentes debe forjar en el ser humano el sentimiento de amor al prójimo que se reduce a no hacerle daño a nadie, desde ningún concepto. (O)

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Manuel Salinas Ordóñez

Hoy se celebra el Día de los Inocentes con bromas que se conocen como inocentadas, pero realmente la fecha se origina por un acto trágico en la vida de los católicos. Los inocentes fueron todos los niños menores de dos años de edad que fueron sacrificados por el Rey Herodes cuando se enteró que Dios humanizado nació en Belén hace dos mil 19 años.

La inocencia de aquellos niños que murieron no podría ser motivo de mofa por parte de ningún ser humano, pero en la historia, tal celebración se transformó en la edad media por la coincidencia de una fiesta pagana conocida como “la fiesta de los locos”, por ello, la transformación paulatina de celebrar la inocencia de los niños asesinados, por recordar a través de bromas y mofas a quienes las creen fácilmente y por ello, se denominan “inocentes”.

Conviene recordar las fechas conociendo su verdadero significado y no convencerse de falacias que pueden distorsionar los principios que el ser humano debe tener y que todo católico debe profesar.

Recordar a los inocentes como una triste fecha en la cual murieron seres humanos es deber de todo católico sin caer en la paganía de celebrar la fiesta de los locos que recuerda el acto de demencia de un Rey celoso que mandó a matar a todo niño para evitar que se cumpla la profecía de que nacería un Rey más poderoso que cualquier otra autoridad terrenal.

Recuérdese el día de hoy con tristeza que hace dos mil 19 años se asesinaron a niños menores de dos años de edad para evitar que Jesús viva y muera por la humanidad. Ese primer acto genocida no puede dejar de rechazarse y lamentemos por siempre la muerte de los niños que fueron asesinados por el simple hecho de haber nacido en la misma fecha que nació el Rey de Reyes.

La natividad de Jesús y la ulterior muerte de los niños inocentes debe forjar en el ser humano el sentimiento de amor al prójimo que se reduce a no hacerle daño a nadie, desde ningún concepto. (O)

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Manuel Salinas Ordóñez

Hoy se celebra el Día de los Inocentes con bromas que se conocen como inocentadas, pero realmente la fecha se origina por un acto trágico en la vida de los católicos. Los inocentes fueron todos los niños menores de dos años de edad que fueron sacrificados por el Rey Herodes cuando se enteró que Dios humanizado nació en Belén hace dos mil 19 años.

La inocencia de aquellos niños que murieron no podría ser motivo de mofa por parte de ningún ser humano, pero en la historia, tal celebración se transformó en la edad media por la coincidencia de una fiesta pagana conocida como “la fiesta de los locos”, por ello, la transformación paulatina de celebrar la inocencia de los niños asesinados, por recordar a través de bromas y mofas a quienes las creen fácilmente y por ello, se denominan “inocentes”.

Conviene recordar las fechas conociendo su verdadero significado y no convencerse de falacias que pueden distorsionar los principios que el ser humano debe tener y que todo católico debe profesar.

Recordar a los inocentes como una triste fecha en la cual murieron seres humanos es deber de todo católico sin caer en la paganía de celebrar la fiesta de los locos que recuerda el acto de demencia de un Rey celoso que mandó a matar a todo niño para evitar que se cumpla la profecía de que nacería un Rey más poderoso que cualquier otra autoridad terrenal.

Recuérdese el día de hoy con tristeza que hace dos mil 19 años se asesinaron a niños menores de dos años de edad para evitar que Jesús viva y muera por la humanidad. Ese primer acto genocida no puede dejar de rechazarse y lamentemos por siempre la muerte de los niños que fueron asesinados por el simple hecho de haber nacido en la misma fecha que nació el Rey de Reyes.

La natividad de Jesús y la ulterior muerte de los niños inocentes debe forjar en el ser humano el sentimiento de amor al prójimo que se reduce a no hacerle daño a nadie, desde ningún concepto. (O)

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