El ecuatoriano X

Patricio Durán

En esta serie de artículos sobre el ecuatoriano -me adelanto en señalar que la ecuatoriana ya tendrá su serie de artículos antes de que reclamen las feministas ecuatorianas- me propuse seguir el rastro del ecuatoriano de ahora mismo, en sus inercias y sus innovaciones.

He señalado que el ecuatoriano común y silvestre no se interesa por la política -para esto me he basado en la pirámide o la jerarquía de las necesidades humanas del psicólogo estadounidense Abraham Maslow -ya que primeramente el ecuatoriano, y todos mismo, debe satisfacer sus necesidades básicas (respirar, alimentarse, vestirse, sexo, procurarse un techo para dormir); luego satisfacer las necesidades de seguridad y protección (salud, dinero, vivienda); sociales (amistad, pareja, familia, aceptación social); de estima (reconocimiento, reputación, estatus, fama, gloria, incluso dominio). La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización (es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a esta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto). La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en una persona de éxito que siempre ha soñado, o en un ser humano abocado hacia el fracaso, la cual no puede lograr nada por sus propios medios. Continuará.

Patricio Durán

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He señalado que el ecuatoriano común y silvestre no se interesa por la política -para esto me he basado en la pirámide o la jerarquía de las necesidades humanas del psicólogo estadounidense Abraham Maslow -ya que primeramente el ecuatoriano, y todos mismo, debe satisfacer sus necesidades básicas (respirar, alimentarse, vestirse, sexo, procurarse un techo para dormir); luego satisfacer las necesidades de seguridad y protección (salud, dinero, vivienda); sociales (amistad, pareja, familia, aceptación social); de estima (reconocimiento, reputación, estatus, fama, gloria, incluso dominio). La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización (es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a esta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto). La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en una persona de éxito que siempre ha soñado, o en un ser humano abocado hacia el fracaso, la cual no puede lograr nada por sus propios medios. Continuará.

Patricio Durán

En esta serie de artículos sobre el ecuatoriano -me adelanto en señalar que la ecuatoriana ya tendrá su serie de artículos antes de que reclamen las feministas ecuatorianas- me propuse seguir el rastro del ecuatoriano de ahora mismo, en sus inercias y sus innovaciones.

He señalado que el ecuatoriano común y silvestre no se interesa por la política -para esto me he basado en la pirámide o la jerarquía de las necesidades humanas del psicólogo estadounidense Abraham Maslow -ya que primeramente el ecuatoriano, y todos mismo, debe satisfacer sus necesidades básicas (respirar, alimentarse, vestirse, sexo, procurarse un techo para dormir); luego satisfacer las necesidades de seguridad y protección (salud, dinero, vivienda); sociales (amistad, pareja, familia, aceptación social); de estima (reconocimiento, reputación, estatus, fama, gloria, incluso dominio). La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización (es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a esta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto). La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en una persona de éxito que siempre ha soñado, o en un ser humano abocado hacia el fracaso, la cual no puede lograr nada por sus propios medios. Continuará.

Patricio Durán

En esta serie de artículos sobre el ecuatoriano -me adelanto en señalar que la ecuatoriana ya tendrá su serie de artículos antes de que reclamen las feministas ecuatorianas- me propuse seguir el rastro del ecuatoriano de ahora mismo, en sus inercias y sus innovaciones.

He señalado que el ecuatoriano común y silvestre no se interesa por la política -para esto me he basado en la pirámide o la jerarquía de las necesidades humanas del psicólogo estadounidense Abraham Maslow -ya que primeramente el ecuatoriano, y todos mismo, debe satisfacer sus necesidades básicas (respirar, alimentarse, vestirse, sexo, procurarse un techo para dormir); luego satisfacer las necesidades de seguridad y protección (salud, dinero, vivienda); sociales (amistad, pareja, familia, aceptación social); de estima (reconocimiento, reputación, estatus, fama, gloria, incluso dominio). La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización (es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a esta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto). La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en una persona de éxito que siempre ha soñado, o en un ser humano abocado hacia el fracaso, la cual no puede lograr nada por sus propios medios. Continuará.