Giovanni Carrión Cevallos
La economía ecuatoriana muestra un preocupante repunte del riesgo país, indicador que al momento se ubica en los 1.044 puntos. Esto quiere decir, en términos generales, y desde la visión del inversionista o financista, que tenemos una mayor probabilidad de incumplir el pago de nuestras obligaciones crediticias. Consecuentemente, en ese escenario, las necesidades de nuevo financiamiento tanto del estado como del sector privado se atenderán, pero a tasas de interés incrementadas, lo cual hace aún más delicado el tratamiento de la ya abultada deuda externa.
Sin duda, los factores que empujan al alza del riesgo país son varios, pudiendo destacar, verbigracia, el relacionado con los problemas de salud en China (el brote del coronavirus) lo cual se expresa en una contracción en la demanda de bienes y servicios del gigante asiático en el mercado internacional, así como en la disminución del uso de energía (combustibles) y su repercusión en el precio del crudo, lo cual tiene, asimismo, un impacto negativo en economías primarias como la nuestra.
Además, y ya en el ámbito interno, el gobierno del presidente Lenín Moreno, va perdiendo respaldos no solo en el pueblo sino también entre sus aliados en la Asamblea Nacional, acuerdos políticos que estuvieron sellados apenas con saliva; pues, cuando estamos próximos a una nueva contienda electoral, la presencia del oficialismo comienza a ser incómoda y resulta mejor marcar distancias… Y con ello se crea incertidumbre frente a la posibilidad de llevar adelante reformas legales que le exige el FMI para drenar recursos adicionales. Todo esto afecta en términos de confianza.
Así, en medio de grandes urgencias por conseguir dinero extra, el riesgo país crea un nuevo desafío. Por ahora, los técnicos morenistas no atinan a otra cosa que a mirarse desconcertados las caras entre sí. (O)
@giovannicarrion