Limitaciones en la enseñanza

María Luisa Gómez de la Torre

Decayó la educación y eso lo comprendemos, ya no existen las exigencias en el hogar, el control familiar es decadente y el compromiso moral en ciertos centros educativos, ha decaído; pues la Ley de Educación se enquistó en principios de autoridad, pero dio facilidades a los alumnos para pasar de año, todos pasan.

El pénsum de estudios varió considerablemente y quedan los vacíos pero todos ganan el año. Las normas disciplinarias se fueron a pique, el maestro es mancillado con las faltas disciplinarias de parte de estudiantes sin principios traídos del hogar y que deben ser fortalecidos en los jardines de infantes, escuelas y colegios; a la universidad ya llegan con lo que saben y con lo que son.

Se culmina la enseñanza primaria y con facilidad ingresan a la secundaria, antes se tomaba el examen rígido para salir de sexto grado e ingresar a primer curso; para llegar a la universidad habían las exigencias de rigor: el preuniversitario, materias básicas y de complementación para acaudalar el conocimiento, la expresión oral y escrita, las exposiciones; los docentes eran “mi respeto”, no existían el palanqueo ni compra de conciencia peor el compadrazgo, amistad, lo que valía era el pundonor, el saber y hasta el hogar de donde se venía.

Ser Bachiller nos demuestra en los resultados la carencia de conocimientos, se prepara a los jóvenes, pero decaen al rendir o ser examinados. La falla está en el nivel educativo de básica y de media, fácil es la mecanización, buscar, copiar y ya está; en el cerebro del alumno no queda mayormente nada y ¿los maestros? ¿leerán los trabajos de los alumnos? ¿los corregirán? ¿tomarán las exposiciones sin ayudas manuales para solo leer? La cultura general decayó, se abolieron manuales de lectura y enseñanza preciosos, el diccionario no lo aplican, creen que la computadora lo hace todo y están equivocados. Utilizan sus propias herramientas: xq, pa´, ma´, ksa, q´, y es aceptado por el maestro de turno y el hogar, y qué decir del tuteo.

En la introducción a la clase debe existir el diálogo generalizado sobre la actualidad, los errores, la vida, lo que quiero ser, como soy, respeto a todos, valorar al niño, al anciano, a la mujer, al discapacitado, a la autoridad, a la patria, al hogar, al medio ambiente, a las normas de conducta y tantas y tantas exigencias que la vida nos permite y propone.