JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ
Los mandatarios seccionales de turno, con escaso criterio, se han dado a la tarea de destinar un alto porcentaje del presupuesto institucional para gastos inútiles, como publicidad de visitas a barrios y de sus ofrecimientos de campaña.
No es posible que en una provincia tan pobre económicamente como la nuestra, las autoridades se den el lujo de gastar en publicidad, cuando los niños y jóvenes no tienen canchas deportivas donde recrearse, no hay parques nuevos, sigue a medias el servicio de agua potable, enfermos mentales en las calles desnudos y semidesnudos, aceras destruidas, sistema de alcantarillado colapsado, las esquinas de las calles Olmedo y Salinas y la Av. Libertad y parada 8 apestan, y qué decir de los barrios periféricos y de la parte baja de la ciudad, donde las necesidades se multiplican.
Por favor, ya suficiente conocemos las fotografías de las autoridades desde toda su vida, ¿para qué mas necesitan presentarse en TV? ya la campaña terminó hace meses, es hora que dejen su egocentrismo y que reorienten el presupuesto a inversión, en obras prioritarias para la comunidad esmeraldeña. La mejor publicidad que puede hacer una autoridad, son sus obras que hablan por sí solas.
Igualmente nos parece un gasto extremadamente lujoso, que la Comisión Provincial de Tránsito de Esmeraldas ratifique un contrato para el servicio de fotorradares, extremadamente oneroso, regalar el 49% de la producción por concepto de multas por infracciones de tránsito, afecta a la comunidad; no hay criterio ni jurídico ni financiero en tal contrato, de hecho la empresa inversionista lo único que aporta es con la colocación de las cámaras fotográficas, que capturan a los vehículos que sobrepasan la velocidad permitida.
No hay una relación de reparto de utilidades, de hecho los esmeraldeños ponemos la ciudad, las calles, carreteras, y, finalmente las multas, mientras que los empresarios, que no sabemos quiénes son, estarán sentados recibiendo mes a mes centenares de miles de dólares sin trabajar. Demandamos la revisión de tal contrato y que se fije el 20% de utilidades rara la empresa dueña de radares y el 80% para los esmeraldeños.