Glorifica la lucha

ORLANDO AMORES TERÁN

Todas las épocas tienen un proceso de surgimiento, desarrollo, apogeo, decrecimiento, degradación, reacción, resurgimiento. Los ecuatorianos, desde el 2007, transitamos por el período de degradación ética, una época de asqueroso cinismo institucionalizado: prohíben la pelea de perros y de gallos, pero no persiguen el vandalismo, saqueo, incendio, destrucción de bienes públicos y privados; todo lo contrario, los protegen a través de organismos de DDHH.

Mantienen la imprescriptibilidad de los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, cohecho, pero no incluyen el delito de prevaricato, que es el más infame, de mayor frecuencia y perjuicio social permanente. Revocan la prisión de los financistas del vandalismo que destruyó Quito, emiten sentencias benignas contra delincuentes que llegaron a ostentar dignidades públicas, pero nada hacen para recuperar los 310.000 millones de dólares, atracados durante la década infame; todo cual genera un nefasto precedente.

En Ecuador pretenden acostumbrarnos a que se ponga en libertad al ladrón y se envíe a prisión, a la bicicleta robada, por estar mal estacionada. Siempre fue cuestionada la justicia, pero desde la década perversa, es el mayor desastre nacional. La imbecilidad narco-comunista, es infinita y multifacética, se infiltra en el «ambientalismo, indigenismo, abortismo, feminismo, gayismo, progresismo, anti imperialismo».

Contaminan monumentos, desprecian los apellidos nativos, valoran más la vida de animales que la de un niño no nato, asesinan y roban la reputación ajena, como plagian tesis para lograr títulos falsos, son excluyentes con quienes piensan diferente, pero visten ropa de marcas del «imperio». Repugnante incoherencia. Giacomo Leopardi considera que «La humanidad no odia lo malo ni a quien hace cosas malas, sino a quien habla de eso.»; por tanto, nos corresponde glorificar la lucha contra el narco-comunismo.

Hay que resaltar el sentimiento de compromiso, con el rescate de la institucionalidad democrática del país, para evitar el colapso en el que se encuentran Cuba, Nicaragua, Venezuela, Chile y Argentina.

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