La Mazonería

CARLOS CONCHA JIJÓN

La Mazonería está considerada, como una filosofía educativa, que permite al individuo ir en busca del perfeccionamiento, que le facilitará evolucionar en sus conocimientos y comportamiento moral. Esta filosofía desempeña el papel de guía, mostrando el camino para lograr la perfección, contando con el estudio razonado y crítico de la filosofía moral.

La Mazonería es algo más que una escuela, con una filosofía que difiere de cualquier escuela, porque estimula la exposición libre, la discusión ilustrada, el desarrollo de la imaginación y el pensamiento original, que permiten que cada quien llegue por su estudio independiente y meditación profunda a sus propias conclusiones lógicas y afirmación de sus convicciones.

La mazonería también cultiva entre sus principios el de libertad, de conciencia, de cultos sin ser una religión, no discute los principios de una religión, pero respeta a todas. La mazonería contiene una filosofía propia basada en el estudio imaginativo y profundo de símbolos y alegorías que persigue como finalidad el desarrollo del pensamiento propio, original, lógico y constructivo, mirando la vida de una manera más amplia y se constituye en una agrupación de sociedades.

Sin ser dogmática, se deriva de un cuerpo de regulaciones, que perdura en el tiempo con una larguísima experiencia, siendo una variedad de documentos que la constituyen y que no se han modificado ni corrompido a través del tiempo. La evolución histórica de la mazonería puede dividirse en período operativo o material y especulativo o filosófico.

La mazonería no es una institución política, pero existiendo hombres que han incursionado en política dejando una huella benefactora sobre la base de lo enseñado por la mazonería, les enseña el camino o la convivencia fraterna del respeto mutuo, la dignidad y el heroísmo, inflamando sus corazones con el amor a sus semejantes y la santa indignación contra la injusticia y la tiranía.

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