La cárcel: escuela delictiva

Dos hechos escandalosos vuelven a prender las alarmas sobre el deplorable estado de las cárceles del país. El 9 de febrero, dos hombres entraron a un hospital en Esmeraldas y balearon a un paciente que se recuperaba tras sobrevivir a un intento de asesinato, mientras cumplía una pena en la cárcel. Al capturarlos, la Policía reveló que ambos tenían antecedentes policiales, uno incluso había sido liberado tras causar la muerte de una persona.

La semana anterior, en cambio, se llamó a juicio al director de la cárcel de Latacunga por existir indicios de un supuesto acoso sexual de su parte en contra de una exfuncionaria del correísmo. Solo en 2019, se registraron más de treinta muertes violentas en las cárceles del país. Hacinamiento, narcotráfico, sicariato, violaciones y fugas son parte de la rutina carcelaria.

Se declaró una ‘emergencia’ hasta agosto del año pasado, sin efecto alguno. En realidad, lo que falta en Ecuador es un verdadero Sistema de rehabilitación. Aquel en el que la justicia haga su trabajo y castigue a quien lo merezca. Pero que también se ocupe de crear oportunidades para quienes hayan cumplido la pena que dicta la Ley.

Gústenos o no, delincuentes y criminales son parte de la sociedad, cuyo daño causado se multiplica cuando verdaderos ‘antisociales’ salen en libertad sin estar preparados para ella. Justicia, terapia, capacitación y empleo tendrían que ser los ejes de un Sistema que, aunque ostenta el nombre de ‘Servicio de Atención Integral’, tiene una vital deuda pendiente con el país.


Si no eres consciente de que otras personas pueden tener mala intención, caerás en sus trampas”. Natsume Soseki Novelista japonés (1867-1916)

La fuerza del carácter con frecuencia no es más que debilidad de sentimientos”. Arthur Schnitzler Dramaturgo austríaco (1862-1931)