Entre tibios

Andrés Poma Costa

Situada en un punto medio, entre frío y caliente, centrada entre dos opuestos, y de manera apática e indiferente, es como está gran parte de nuestra sociedad. Es decir, andamos entre tibios.

En la vida de cada individuo encontramos actos con rasgos de tibieza, no se diga en grupos de interés colectivo, tales como sociales, culturales y políticos. Vivimos en un ambiente sin carácter, temeroso y hasta a veces insensible, el cual carece de convicción para defender sus ideas, tomar decisiones y mejorar el presente.

Una persona tibia es aquella que por miedos e intereses egoístas, y desde la comodidad de su seguridad, no dice ni hace lo que piensa; es la que no toma posición y carece de valor en su actuación. Aquella, no puede ser etiquetada de tibia únicamente por el hecho de no decidirse por una tendencia o no tomar partido por algún aspecto en particular, sino más bien por ubicarse en un punto medio en razón de quedar bien con dos opciones, y en definitiva con todos.

A quien actúa con tibieza de ninguna manera se lo puede señalar; es su forma y hay que respetarla. Sin embargo, alguien sin carácter ni valentía para expresar sus ideas, no tiene cabida en una sociedad que progresa y menos podría ser considerada una figura de representación.

¿No será acaso que nos hemos acostumbrado al conformismo de ser parte de lo mismo, a la vez que la ausencia de carácter nos ha inmovilizado por completo? Las preguntas podrían ser diversas, y muchas las respuestas de acuerdo a la experiencia individual. Pero, al rasgo de indiferencia que se describe en estas líneas, no se lo debería hacer nunca un adjetivo propio de nosotros. La decisión es nuestra, cambiamos la manera, o seguimos actuando con tibieza. (O)

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