El encuentro con Trump

Giovanni Carrión Cevallos

Muchas expectativas se han creado en torno al reciente encuentro realizado entre los mandatarios Lenín Moreno y Donald Trump, en el marco de la visita oficial presidencial ecuatoriana a los EE.UU.

Más allá de los anuncios cargados de un enorme optimismo por parte del oficialismo respecto a los resultados obtenidos de este diálogo directo y al más alto nivel realizado en la Casa Blanca, lo cierto es que hay que mirar con objetividad aquello de suscribir un acuerdo con el mayor (conjuntamente con China) socio comercial.

Es indudable que el Ecuador requiere ampliar los mercados de destino para ubicar sus productos exportables. De ahí que toda iniciativa encaminada a cumplir ese propósito resulta plausible. No obstante, debemos tener presente que los acuerdos comerciales, por sí mismos, no son buenos ni malos, todo depende los términos en los que se negocie, por ejemplo, un Tratado de Libre Comercio, lo cual implica alivianar la carga ideológica del discurso (en favor o en contra) con la que podría analizarse estos temas que involucra al sector externo.

Así, entonces, en el caso Ecuador – EE.UU, debemos comenzar reconociendo lo asimétrico de sus economías (expresado en términos de tamaño, productividad, competitividad, etc.). Por lo mismo, se requiere, en nuestro caso, proteger -de partida- al productor nacional a fin de lograr en el tiempo mejores condiciones para un libre comercio. No hacerlo sería irresponsable y atentatorio a los intereses nacionales y de la propia seguridad alimentaria.

También, no debemos perder la perspectiva que para los EE.UU. el Ecuador representa, en términos económicos, un mercado marginal. Por lo tanto, hay que mirar, asimismo, en la geopolítica y sus intereses estratégicos, la aparente “buena voluntad” mostrada por ese oscuro personaje llamado Donald Trump. (O)

@giovannicarrion