Empatía en el mundo

VERÓNICA NARVÁEZ TERÁN

Hoy quería hablar de la importancia de la sensibilización ambiental, pero se me cruzan las noticias de la pequeña Fátima y regreso a identificar nuevamente que la falta de sensibilización de la humanidad en el mundo no está matando.

Que indolentes esos seres humanos que pudieron asesinar a la pequeña Fátima, hombre y mujer que luego de tan terrible acto criminal quisieron seguir la vida como si nada. Solo nos invaden los peores adjetivos para ellos mientras se nos hace difícil reconocer que en una semana quizás muchos no recordemos a Fátima, como ya hemos olvidado a otras victimas de femicidio sucedidos en nuestro país.

Creo firmemente que las personas que hacen daño han tenido una vida triste y ahí es donde debemos actuar, debemos preocuparnos en hacer a nuestros niños felices y llenarlos de cariños, soy convencida que mimar no es malo y no hay excesos, el amor no debe tener límites y los niños necesitan sentirse amados. En el cariño, en la sensibilidad está: la empatía, el respeto, la consideración que se crea no sólo entre las personas se crea con todo lo existente.

Voy en mi camino de madre practicando la crianza con apego, reconociendo las personalidades de mis dos hijos y aunque me cuestiono que son posiblemente más vulnerables en la sociedad, aplaudo cuando reaccionan con benevolencia y ya lo hacen con frecuencia, porque sé que la fuerza más grande que tiene una persona está intacta y es su amor al mundo. Necesitamos rescatar la sensibilidad de la humanidad mientras hay padres que orientan a sus hijos a la guerra de la vida, la otra vía es prepararlos para salvar la vida en todas sus expresiones y eso se enseña al fomentar la empatía.

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