La estupidez humanadi

Santiago Ochoa Moreno

Según Noah Harari (2018), “la estupidez humana es una de las fuerzas más importantes de la historia , pero a veces tendemos a pasarla por alto” y algunos ejemplos de aquello se pueden resumir en: manejar en estado etílico, botar basura en la calle, copiar en un examen, levantar un chisme, hacer un crítica destructiva, invadir un carril, pasarse un semáforo en rojo, gritarle a un semejante, sentir envidia de los demás, compartir información falsa, hacer daño de cualquier manera a cualquier miembro de la sociedad; lo cual si se transforma en problemas nacionales, terminan convirtiéndose, en corrupción, estafas, guerras y atentados en contra de los derechos humanos. Esto pasa tan a menudo, que lo solemos considerar normal.

Debemos entender que como decía Borges: “Si el honor, la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista, aunque mi lugar sea el infierno”. Si algo es diferente, o no lo entendemos, no tenemos por qué desmerecerlo, solo respetarlo.

Estos problemas tienen un origen común: la falta de humildad. Esa idea errónea de creerse mejor que los demás en vez de sabernos diferentes, esa idea errónea de siempre competir en vez de preguntarnos qué juego estamos jugando, esa idea errónea de intentar ganar destrozando al rival en vez de ganar dejando al oponente en una mejor posición que cuando comenzó, citando nuevamente a Noha Harari: “Un remedio potencial para la estupidez humana es una dosis de humildad. Las tensiones nacionales, religiosas y culturales empeoran por el sentimiento grandioso de que mi nación, mi religión y mi cultura son las más importantes del mundo”.

Pensemos que lo importante no es tener la razón, sino hacer lo correcto, y lo correcto va a ser siempre no pensar solo en uno, sino también en los demás. (O)

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