A dónde va la sociedad?

MANUEL BÁEZ R.

Gran número de personas parecen haber llegado a la conclusión de que la sociedad actual no puede ser proyectada en el futuro porque no existe el futuro; sin embargo la tierra camina aceleradamente hacia el estremecimiento de sus últimos cataclismos; al contrario la sociedad se halla inevitablemente abocada a la destrucción dentro del plazo de nuestras vidas. Ante esta realidad nada podemos hacer al respecto.

Pero si tratamos de comprender lo que nos está sucediendo, no nos hallamos limitados a una simplista elección, como los enunciados de este comentario, pues hay más muchas formas que sirven para inmediatamente, así podemos prepararnos para el día de mañana y lo que es más importante nos ayudará a cambiar el presente, cuando finalmente comprendamos esto, muchos acontecimientos se harán de pronto muy comprensibles.

Hay que tomar en cuenta que las líneas del cambio comienzan a flotar en la opinión pública con bastante claridad; por otro lado, la acción por la supervivencia vuelve a formarse posible y al mismo tiempo plausible, lo que da como resultado la liberación de toda inteligencia al unísono con la voluntad. Parte de lo dicho o de esta idea los cambios que pretendemos estar experimentando no son el fruto de un azar, sino que de hecho forman una pauta definida y claramente discernible; hay que entender que esos cambios que se proclaman son acumulativos contribuir a una gigantesca transformación, lo que es un verdadero salto en la historia.

Como pueden concluir, señores lectores, que es preciso poner mucho cuidado en este accionar, caso contrario nos pueden coger dormidos y estaremos irr.emediablemente perdidos del tren de la victoria.