Exilio

Ángel Polibio Chaves

Fue el día más triste de su vida; tiernamente miró a sus pequeños hijos que dormían y en silencio se alejó de su hogar para emprender la aventura que le permitiría algún día volver por ellos.

Han pasado muchos meses. Angustia al trasponer los pasos fronterizos; angustia al llegar a un lugar desconocido; angustia al encontrar personas hostiles; angustia al mirar que los escasos ahorros que traía van desapareciendo; angustia por no encontrar un trabajo que le permita subsistir dignamente y, en su cabeza y en su corazón, solamente la presencia de su familia a la que ve cada vez más lejos.

En un medio desconocido, entre personas que lo miran con desconfianza y temor, en algunos casos, procura subsistir sin caer en situaciones irregulares. La complicada situación del medio que lo acoge, le permite finalmente tener una ocupación que le provee de lo indispensable para subsistir y ahorrar un poco de dinero; sigue pasando el tiempo y la situación no cambia. La ausencia de las personas queridas es cada vez más sentida, pero la esperanza de volver a verlos le permite sortear su situación.

Finalmente, un día, calcula que los pocos ahorros que ha logrado reunir le permitirán traer a su familia y emprende con ilusión el viaje de regreso. Sus hijos han crecido y miran a su padre con cierto recelo; finalmente se realiza el encuentro íntimo y total. Nuevamente se plantea el dilema del exilio. Sorteando muchas dificultades, la familia retorna al extraño espacio geográfico que acogió a su padre y procura adaptarse a él y se inicia un nuevo comienzo.

No sé si finalmente llegará el final feliz o las penurias del exilio continuarán, pero es bueno pensar que aquellos que ocasionalmente piden nuestra ayuda, están viviendo la dolorosa experiencia del extrañamiento de su patria, de su gente, de su ambiente….