El Ejército de los ecuatorianos

Paco Moncayo Gallegos

El 27 de Febrero el Ejército Nacional celebró su día clásico, con una impecable ceremonia militar, en la que sobresalió el discurso sobrio y profundo de su comandante, el general Luis Altamirano, quien se refirió a la misión institucional de defender la soberanía e integridad territorial, a la vez de proteger los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos.

Informó sobre el avance del Plan de Transformación Institucional y destacó que la carrera militar se fundamenta en principios y valores que no son negociables. Expresó que la profesión militar debe ser una peregrinación de servicio, de entrega, desprendimiento y austeridad personal; y, advirtió evitar que el facilismo o la ilegalidad manchen la vida de los militares porque: “seremos implacables – en el marco de la Ley- con quienes traicionen ese juramento que un día de rodillas lo hicieron frente al tricolor patrio”.

Hay que felicitar al general Altamirano y respaldar sus propósitos. Las circunstancias de incertidumbre y complejidad en que actualmente desarrollan sus misiones los líderes militares, así lo exigen. Los países enfrentan amenazas complejas y mutables; se han difuminado los límites entre lo externo y lo doméstico, lo local y lo global, lo público y lo privado. Hablamos actualmente de problemas ‘intermésticos’, fenómenos ‘glocales’ y observamos empresas privadas en misiones que antes eran privativas de los estados, como sucede en Guantánamo.

Tampoco es fácil distinguir con claridad, como antes, las circunstancias que definen una situación de normalidad, crisis o conflicto armado, ni diferenciar las misiones de seguridad entre militares y policiales. En estas circunstancias, hay que desarrollar el pensamiento lógico, crítico y creativo, mentalidades abiertas a los cambios y al trabajo en equipo. Líderes con flexibilidad intelectual para enfrentar estos contextos desafiantes.

Se debe, además, promover instituciones civiles, militares y policiales cohesionadas, para cumplir exitosamente misiones interagenciales; todas ellas con elementos de altos valores morales, inmunes a la corrupción, con iniciativa, resolución, espíritu de sacrificio, sobriedad y coraje, capacitados para brindar seguridad al país en tiempos inciertos.

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