La sentencia

Ricardo Guamán Araujo

El octavo piso de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador desde el 31 de mayo de 2019 ha tenido un agitado movimiento donde la Fiscal General de la Nación acusa a veinte personas como autores y una persona como cómplice en un supuesto delito de cohecho en contra de Rafael Correa expresidente de la república quien estuvo en el poder exactamente 10 años, 4 meses y 9 días, a Jorge Glas exvicepresidente y 18 personas más entre ministros, secretarios, asambleístas, asesores del círculo cercano de Correa y a empresarios que se beneficiaron de contratos públicos. En casi diez meses vimos cómo se detenía personas, se publicaban difusiones rojas internacionales de apremio, se fugaban, se ponía grilletes y detenciones domiciliarias.

En el transcurso de esta semana se dictará la sentencia escrita donde a más del supuesto cohecho la fiscalía también demostraría supuestamente crimen organizado, entre un par de supuestos de delitos más.

Esto en su primera parte, vendrán dos o tres recursos más (apelación, casación, extraordinario), recursos horizontales (ampliaciones, aclaraciones) que dentro de los términos jurídicos están bien dispuestos y la procedibilidad jurídica así lo estipula.

La gente, unos a favor, otros en contra, a lo que se ha llamado a este proceso “Arroz Verde”, vivía otro ambiente y lo seguirá viviendo en sus sentires. Muchos actores políticos, líderes de opinión, periodistas, abogados que estaban y seguirán en el proceso, trataban de manejar los apasionamientos de la gente donde todos absolutamente en aquello fallaron. Se desmereció gente, se denigró personas, se pusieron en tela de duda títulos; y, noticias falsas. Hubo abogados que salían a las ruedas de prensa a manifestar que no había pruebas, pero en la SALA DE LO PENAL, PENAL MILITAR, PENAL POLICIAL Y TRÁNSITO de dicha Corte no refutaban una. Como si la opinión pública o la prensa; las redes sociales a parte de transmitir odios recalcitrantes, diletantes, raciocinios ilógicos, estúpidos no hay otra palabra, querían imponer el resultado.

Al final de la jornada dividir, mal defenderse, despotricar, pelearse, proteger ‘supuestas’ ideológicas no sirvieron de nada. La sentencia la dictan los jueces y como siempre la historia. (O)

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