CARLOS CONCHA JIJÓN
Está plenamente conocido por la colectividad esmeraldeña, que el Puerto de Esmeraldas de aguas profundas se entregó en administración desde 1977, es decir, hace 43 años, que resultaron una eternidad y que Esmeraldas no ha recibido como usufructo mayores ingresos, que hubieran impactado en el desarrollo armónico y progresivo de la ciudad y provincia.
Nos quedamos en el tiempo y hemos constatado la ineficiencia del manejo de la Autoridad Portuaria de Esmeraldas, pues, el manejo del puerto, su obra física, falta de operadores internacionales y conexiones con empresas proveedoras constantes de carga, determinó para ser calificada como operatividad negativa y afirmar sin equívocos que lo que le faltó al Puerto fue la modernización, razón por la cual se quedó petrificado en el tiempo.
Ahora que está en marcha una nueva concesión, sin que tengamos malos pensamientos, considero positivo y, sobre todo procedente, a fin que se precautelen los intereses de Esmeraldas, que se cree por parte de la colectividad esmeraldeña una extrema vigilancia del proceso de la posible concesión, que debe ser transparente, sin amarres.
Nos asiste el derecho y deber cívico ciudadano para tener pleno conocimiento sobre el concurso de concesión, conocer si hay empresas nacionales o extranjeras, cuáles serán sus capacidades operativas y conexiones internacionales, etc. Cuál sería el monto de inversión y el tiempo de recuperación y de la misma manera los valores que recibiría el Puerto y no porcentajes.
En este momento también resulta importante, oportuno e impostergable, que las instituciones esmeraldeñas se extremen en estudiar el proceso de concesión en todos sus aspectos, en razón, que debe ser transparente y de pleno conocimiento de la colectividad, evitando así que nos metan gato por liebre y tengamos que esperar otros 43 años para abrir los ojos y dejar de ser meros espectadores provincianos.