Perversión comunista

ORLANDO AMORES TERÁN

Los oportunistas, salidos de la nada, se hicieron «izquierdistas» porque en esencia son corruptos, mitómanos, y quieren hacer política, coludidos con el narco-comunismo, para dedicarse a robar bienes públicos; eso es para ellos «socialismo». Ser parte de una organización castro-narco-comunista, no es hacer carrera política, sino delincuencial.

El peor daño que hacen donde se instalan, es quitarle la dignidad a la gente, con bonos, les hacen perder la entereza de salir adelante sin necesidad del Estado. La mitomanía, consiste en mentir de manera compulsiva. El mitómano falsea la realidad, tiene una imagen distorsionada de sí mismo, de grandeza.

El comunismo auspicia psicópatas y mitómanos de personalidad débil, por venales, ya que se dedican al pillaje en provecho suyo, de sus mentores y esbirros que se dejan corromper, complacientes; estos forman parte del foro de Sao Paulo, grupo de Puebla, están marcados por la traición a sus países. América Latina, desde los 90 padece el mayor saqueo de su historia a manos del comunismo internacional, a través de sus lacayos «revolucionarios». En este momento, el comunismo chino, provocó una pandemia, para aprovecharse económicamente, adquiriendo acciones a la baja, del complejo industrial mundial; para ello, como es esencia de los regímenes comunistas, manipula la opinión pública, difundiendo información falsa, aprovecha el temor, para comprar a precios irrisorios y posicionar políticamente la idea de que el coronavirus fue desarrollado por la CIA y «plantado» en China.

El concierto internacional de naciones debe enjuiciar al régimen comunista chino, por daño emergente a la economía mundial y genocidio, puesto que provocó una pandemia, ocasionando miles de muertos. Ecuador debe rescatar al sector turístico que se deprimió, extender plazo para el pago de deudas a 5 años sin intereses, por crisis sanitaria, que según expertos, durará de 2 a 3 años, lo cual deteriora la economía, torna impagables las deudas, que de ser exigidas, en las actuales circunstancias, constituyen no un cobro legítimo, sino una abusiva exacción.

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