Héroes

Gabriel U. García T.

Antes que esta dantesca epidemia golpeara al país, tenía previsto contarles, en esta columna, sobre el aviso “Atahualpa”, un pequeño buque ecuatoriano, construido a principios del siglo XX en los talleres navales de Durán que, para ese momento, pertenecían a la Compañía del Ferrocarril del Sur. En principio, estaba destinado para la fumigación, obligatoria, de los barcos que arribaban al puerto de Guayaquil.

En marzo de 1927, el doctor Isidro Ayora, que para ese momento era Presidente Provisional de la República, ordena su incorporación al servicio naval, para que proteja lo que en ese tiempo se conocía como el “Archipiélago de Colón”. Sin embargo, el “Atahualpa” no llegaría a las Galápagos sino hasta 1943.

En la guerra del 41 tuvo un destacado papel en la defensa de Puerto Bolívar. En tiempos de conflicto, sus tripulantes pasaban de 13 a 20 y, con ese reducido número, el 23 de julio, lograron derribar un bombardero enemigo. Al día siguiente, la aviación peruana, vino dispuesta a vengar a sus camaradas. El aviso es atacado, en tres ocasiones, por una poderosa escuadra. El primer ataque se produce al mediodía, otro a las dos y, el último, a las cuatro de la tarde con fuego aéreo, de una intensidad impresionante, durante más de 45 minutos. Sin embargo, siguió a flote hasta lograr, dos años después, cumplir la misión que le había encomendado el doctor Isidro.

Algo parecido sucede ahora. Son pocos los médicos y enfermeras que deben enfrentar la mayor catástrofe sanitaria del Ecuador en los últimos 100 años. El enemigo es invisible y se cuenta por millones. Se reproduce de una manera impresionante. Sin embargo, los modernos héroes, combaten con igual tenacidad que don Víctor Naranjo Fiallo, comandante del “Atahualpa”. Nuestro pueblo, igual que el de Puerto Bolívar en 1941, los respalda y los aplaude. (O)

@gulpiano1