El ‘lado bueno’ del coronavirus

Hay menos transportes y menos producción. En los países paralizados o que funcionan a media máquina por el coronavirus, la población respira mejor gracias a una reducción de la contaminación atmosférica, incluso si es aún demasiado pronto para medir los efectos a largo plazo.

Las imágenes satelitales de la NASA son elocuentes: en febrero, la concentración de dióxido de nitrógeno (NO2, gas que provoca una inflamación importante de las vías respiratorias), producido principalmente por los vehículos y las centrales termoeléctricas, cayó drásticamente en Wuhan, la ciudad china epicentro de la pandemia de Covid-19. De rojo/naranja, el mapa pasó a azul.

El mismo fenómeno constató a principios de marzo por la Agencia Espacial Europea en el norte de Italia, zona confinadaara luchar contra la propagación de la enfermedad.

Lo mismo estaría ocurriendo en Madrid y Barcelona, donde se aplica un confinamiento estricto desde mediados de marzo, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.

En el país, el único que estudio que existe hasta el momento demuestra que en Quito los niveles de contaminación han disminuido significativamente. “En el análisis colaborativo entre Valeria Díaz Súarez, secretaria de Ambiente de la ciudad; Rasa Zalakeviciute, docente de la Universidad De Las Américas (UDLA); y Renne Vasquez, estudiante de Ingeniería ambiental de la UDLA, manifestaron que, desde la semana pasada los niveles de toda la contaminación del aire empezaron a bajar, y durante el primer día de la cuarentena se registraron los niveles promedio más bajos de este año, y están por debajo de las que recomienda la Organización Mundial de la Salud”, se explica en un documento en la página web de la UDLA, del 17 de marzo de 2020.

Este escenario algunos animales, que no era común verlos por las calles, han salido, como jabalís en Italia o pavos reales por Madrid. Sin embargo, también ha dado paso para crear noticias falsas, como que el agua de los canales de Venecia ahora está cristalina, debido a la reducción de la actividad humana y a la falta de barcos. Si bien el agua luce transparente, esto se debe a que ninguna embarcación mueve los frágiles sedimentos a la superficie como pasa habitualmente.

Mejoría de capa de ozono

El Protocolo de Montreal para la protección de la capa de ozono estratoférico ha estimulado su recuperación y generado cambios en los patrones de circulación aéreos del Hemisferio Sur, según un estudio que publica hoy, miércoles 25 de marzo de 2020, la revista Nature.

La investigación, desarrollada por científicos de Estados Unidos, ha demostrado que las variaciones se han estancado y podrían, incluso, ser revertidas debido al llamado Protocolo de Montreal de 1987 que limitó el uso de sustancias que dañan la capa de ozono.

«Este estudio se suma a la creciente evidencia que muestra la profunda efectividad del Protocolo de Montreal», ha subrayado la profesora de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) Antara Banerjee, investigadora que trabaja en la división de Ciencias Químicas de la Administración Atmosférica Oceánica Nacional (NOAA).

Según la experta, principal responsable del análisis, el Tratado «no solo ha estimulado la curación de la zapa de ozono, también ha estimulado los recientes cambios observados en los patrones de circulación aéreos del Hemisferio Sur».

La disminución de ozono (adelgazamiento de la capa de este gas) había reforzando los vientos del vórtice polar y afectando a los que descienden hasta la capa más baja de la atmósfera terrestre.

Hasta ahora, se habían vinculado las pautas de circulación a cambios climáticos en el Hemisferio Sur, especialmente a la caída de la lluvia en Sudamérica, en el este de África y en Australia, y a variaciones producidas en corrientes oceánicas y en la salinidad.

Con la entrada en vigor del Protocolo de Montreal, que limita el uso de sustancias destructoras del ozono, como los gases clorofluorocarbonos (CFC) -utilizados en equipos de refrigeración, entre otros usos-, la capa de ozono empezó a recuperarse a principios del año 2000, una vez que las concentraciones de esos componentes químicos en la estratosfera comenzaron a declinar.

Con esta investigación, Banerjee y el resto de autores mostraron que aproximadamente durante ese año, la circulación del Hemisferio Sur también dejó de expandirse hacia el Polo, lo que supuso una pausa o un ligero giro de las tendencias anteriores.

AGENCIAS