La experiencia del dolor

Hernán Yaguana Romero

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Son momentos de mucha incertidumbre los que vive la humanidad. El Covid-19 ha puesto en alerta a todo el mundo. Por nuestro lado, hablo de Ecuador, nunca hemos estado tan de cerca ante un evento de esa naturaleza, siempre fuimos espectadores lejanos de las catástrofes, guerras, violencia, etc. Hoy, lamentablemente, y sin experiencia alguna, somos parte de esta situación ¡Vaya cómo nos está costando! La experiencia sin duda es fundamental, tan fundamental que puede ser decisiva para la supervivencia.

La falta de experiencia no sólo se la ve en la ciudadanía que no acata las disposiciones, también está en los gobernantes que toman medidas muy apresuradas como la de exigirle a la población ecuatoriana que se quede en casa. Quedarse en casa por más de 15 días significa tener algunos recursos, los cuales, la gran mayoría, no disponemos. Igual sucede con el teletrabajo, se cree que la gente de la noche a la mañana nos vamos a acoplar a un nuevo sistema, eso es una falacia, pues para el teletrabajo se requiere, más allá de la predisposición humana, elementos técnicos que aún en nuestra sociedad ninguna empresa pública o privada haya probado con anterioridad.

Lo mismo pasa con la educación; como no podemos tener presencialidad, se piensa que educar a distancia es enviar una lista de tareas diarias a los estudiantes para que ellos, sin las orientaciones pedagógicas de un profesional, ni los recursos necesarios, las hagan. Y qué decir con la medicina y los centros de salud, una improvisación brutal.

Esta crisis está sirviendo para determinar en carne propia la decadencia de gobernantes que tenemos, y cómo nosotros seres pensantes nos hemos dejado llevar por el entretenimiento del “Pan y Circo” que nos ofrecían. Quizá luego de este sacudón dejemos de improvisar e improvisarnos. (O)