Lecciones olvidadas

En enero, Ecuador recordó los 25 años de la Guerra del Cenepa y celebró una victoria que parecía imposible, dada la superioridad del adversario. Con ella, se abrió el camino para firmar una paz digna, que se le había mezquinado por más de medio siglo. El presidente Sixto Durán Ballén, acompañado de un destacado equipo de Gobierno, convocó al Consejo de Seguridad Nacional, recibió la información de los organismos permanentes de trabajo -Canciller, Ministro de Defensa, Jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., autoridades del Frente Económico; escuchó la opinión de los presidentes de las funciones Legislativa y Judicial y, luego de analizar, junto con todos los participantes, adoptó una decisión que cambiaría el futuro.

El entonces Presidente se puso a trabajar. Convocó a los expresidentes, representantes de la sociedad civil, organizaciones sindicales y empresarios. Se dirigió a la Nación con la famosa consigna ‘¡Ni un paso atrás!’, que galvanizó el espíritu del pueblo. Casi sin excepción, todos apoyaron. La Nación, unida por una causa justa, dispuesta a los mayores sacrificios, alcanzó la victoria.

Las enseñanzas del Cenepa se sustentan en cuatro factores para enfrentar con éxito a grandes amenazas: liderazgo, unidad nacional, causa justa y estructura institucional. Lastimosamente, la lección no ha sido asimilada. La Patria se encuentra bajo ataque de un enemigo feroz que no razona y que, simplemente, enferma a las personas y mata sistemáticamente a las más vulnerables. Mientras que el país se muestra dividido; el Gobierno no atina respuestas coherentes: hay políticos que conspiran por lograr impunidad y otros por oportunismo. Las funciones del Estado no acuerdan ni al interior de cada una, peor entre ellas.

Mientras tanto, la gente muere. Parece que igual que el Covid-19, las autoridades y los políticos tampoco razonan. ¿Hasta cuándo?

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