Cuidar la democracia

No hay duda de que la capacidad comunicacional de este Gobierno deja mucho que desear. Sin embargo, no se deben dejar de lado los valores democráticos. Puede que para muchos sea atractiva la noción de que en países liderados por autócratas y dictadores, el control de la pandemia ha sido más eficaz. Sin embargo, este es un país democrático y como tal, nos debemos al cuidado del estado de derecho y sus instituciones.

Hay rumores irresponsables de “muerte cruzada” entre el Ejecutivo y la Asamblea. Hay campañas de descrédito llenas de mentiras y acusaciones infundadas a funcionarios. Estas no se deben confundir con denuncias ante actos de corrupción y el rendimiento de cuentas, que son más importantes ahora que nunca antes. Tanto en el ámbito público como en el privado, cada centavo debe usarse con inteligencia y honradez.

Lo peor que puede pasar en este momento, con pandemia en expansión, muertos a millares, poblaciones vulnerables al borde de la hambruna y saqueos a la vuelta de la esquina, es un golpe de estado. El caos que causaría semejante aberración solo costaría más vidas.

Es un hecho que hay errores, algunos graves, en el manejo de la emergencia y, en especial, en la política de comunicación oficial. Sin embargo, el deber de todo actor político, social y económico en un país democrático, es aportar. Aportar con ideas, trabajo y sacrificio. Parte del aporte son las críticas, además de un derecho fundamental resguardado por la Constitución.

Vela de otro entierro será el proceso electoral que debería darse el próximo año. Entre tanto, el país deberá enfocarse en salvar vidas, no carreras políticas individuales.

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El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que comete”.

William Shakespeare Dramaturgo inglés (1564-1616)

Lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más”.

Francisco de Quevedo Escritor español (1580-1645)