Marcos Mundstock

El humor hoy está triste, de luto. Ha muerto Marcos Mundstock, uno de los más preclaros exponentes del humor inteligente, maestro del juego de las palabras y del doble sentido, genio de la actuación, aquel que utilizaba su amplísima cultura no para presumir ni para elaborar grandilocuentes y eruditas conferencias, sino para hacernos reír sutilmente o dejarnos pensando en la ocurrencia ingeniosa, pero también en innúmeras ocasiones reír a carcajadas con sus gestos. El argentino universal, fundador de Les Luthiers, se une en el más allá con su compañero Daniel Rabinovich, fallecido hace un par de años, y también con Gerardo Masana, creador del grupo, muerto tempranamente en la década setenta. Seguramente al encontrarse en el más allá se fundieron en un fuerte abrazo, acompañado de alguna broma inteligente y rieron, como nos han hecho reír durante décadas a los fanáticos seguidores del grupo argentino. Ellos, junto con Ernesto Archer (retirado en los años 80), Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Carlos Núñez Cortés, se conocieron en los 60, mientras estudiaban en la universidad diferentes carreras (Derecho, Ingeniería, etc.) compartiendo una afición común por la música, y en sus ratos libres se dedicaban como entretenimiento a crear piezas musicales humorísticas, pero luego empezaron a presentarse en público, con notable éxito, por lo que decidieron hacer de su pasatiempo una profesión, ¡y vaya que acertaron! Quienes tuvimos la suerte de verlos en vivo, pero también quienes los escucharon o miraron sus videos, no olvidaremos jamás el inmenso talento del grupo, y muy en especial de Mundstock y Rabinovich. Tan importante fue su presencia dentro de la cultura, que el grupo fue galardonado con el premio ‘Princesa de Asturias’, como reconocimiento a su aporte a la cultura. Mundstock fue siempre el ‘maestro de ceremonias’ de cada espectáculo, el que presentaba las partituras ideadas por ‘Johan Sebastian Mastropiero’, autor ficticio de casi todas las composiciones, pero lo hacía con una maestría increíble, de manera impecable. Hasta siempre Marcos, te recordaremos siempre, y muchas gracias por hacernos la vida un poco más feliz.