Lenin Paladines Salvador
Desde 2015 empezamos un descenso en nuestras importaciones, una caída prolongada en los precios del petróleo; y, al año siguiente el terremoto del 16 de abril, entonces alertábamos la necesidad de introducir una enmienda constitucional que pueda blindar el sistema dolarizado de nuestra economía.
El sistema económico ha sufrido graves quiebres en su estructura y composición, esto debido a varios factores como: la corrupción de la década perdida, falta de competitividad, inestabilidad política, inseguridad jurídica, entre otros; con la expectativa de algunos shocks externos provenientes de las relaciones geopolíticas mundiales.
La caída del precio del petróleo no ha sido nueva para países como los nuestros que no tenemos incidencia alguna en el manejo del mismo, pues, simplemente, aceptamos dichos cambios cíclicos o impuestos por las grandes potencias mundiales y hemos dicho que la solución es diversificar nuestra estructura de ingresos para no ser dependientes del petróleo, algo que nunca hemos empezado a ejecutar.
Hoy un shock externo como el coronavirus ha servido para destruir por completo la estructura de nuestra economía conjugando varios factores: pérdida de nuestras exportaciones, cero ingresos petroleros, pago obligado de deuda externa, pérdida del 80% de la producción nacional, reducción total de actividades; todo esto impide que podamos ingresar dólares a la economía y consumamos nuestras reservas internacionales, con lo cual, en pocas semanas el BCE declarará una cesación de pagos y con ello obligaría a un proceso de desdolarización para poder emitir moneda.
Aún la Asamblea puede blindar la dolarización enmendando la Constitución y obligando a cualquier gobernante a consultarle al pueblo si autoriza la desdolarización de la economía, este sería el último recurso que nos queda antes del colapso financiero; para que esto suceda les deseamos: …buen viento …y buena mar. (O)