Ya hace unos meses hice mención a mi inexperiencia en cultivos en general y a pesar de eso, la satisfacción que tenía al realizar compost en casa y tener brotes de algunas especies de frutas y verduras. Para este tiempo de aislamiento tuve la dicha de cosechar tomates, maracuyá, y ya en estos días creo tendré zanahorias. Sigo sembrando en cada contenedor reciclado que encuentro, pero especialmente estoy enseñando a mis hijos el valor de la paciencia y la magia de cultivar alimentos sin químicos.
Según las Naciones Unidas y sin duda todos quienes estamos incursionando la agricultura urbana, los beneficios de los huertos en casa son muchos. Con esta práctica fortalecemos la seguridad alimentaria, el reciclaje (todo recipiente sirve para una plantita), la generación de empleo, a más de ser una medida de acción para contribuir con la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático, sumaría mencionar en esa línea que los cultivos en casa también son una terapia para niños y adultos.
Santo Domingo es una tierra mágica por miles razones entre esas, porque es tan fácil que crezcan plantas en las paredes, veredas y techos, nuestro clima, nuestra tierra nos anima a empezar a cultivar en casa es ideal para emprender en actividades de cultivos urbanos, basta tener buena tierra, voluntad, recipientes y verduras o frutas de donde obtener semillas o brotes iniciales. En ciudades de Europa se alquilan espacios para cultivar, herramientas y se venden las semillas de manera comunitaria. En Cuba la mayor parte de la población tiene huertos en casa lo que les permite tener a la mano productos sanos. Es momento de empezar a incursionar nuestros dotes de agricultores y sembrar en casa, comparta su experiencia, semillas y cosecha.