El sentido de la vida

Como anillo al dedo frente a la Crisis Sanitaria, humanitaria y económica que vive el Ecuador y el mundo, oportuno es recordar el contenido de la obra literaria, tan festejada hace poco y ya olvidada: ‘El hombre en busca de sentido’ de Viktor E. Frankl. El doctor Frankl prisionero durante mucho tiempo en los campos de concentración nazis, quien había perdido bienes, familia y patria, sufrió hambre, frío, tifus y torturas, consideró que la vida es digna de vivirse. Su explicación es la capacidad humana para superar sus dificultades y “descubrir la verdad conveniente y orientadora”.

Hoy en el Ecuador se discute si es pertinente el “Quédate casa” y las medidas económicas del proyecto de ‘Ley de Apoyo Humanitario’ que incluye la condición de un “acuerdo entre las partes” (acreedores y deudores, empleadores y empleados, arrendatarios e inquilinos). Argumentos no faltan, sobran “digresiones” a favor y en contra, pero no hay opiniones positivas, valientes ante la realidad. Además, todos se “duelen” del pueblo y su miseria (acabamos de descubrir que hay una pobreza cierta), pero en el acuerdo no se contempla al pueblo, porque a este solo hay que “adularle” o darle caridad y esperanzas, pero jamás exigirle.

Es falso que los pobres, los desvalidos, no pueden salir solos y superar sus circunstancias de dolor y desigualdad. La Historia lo confirma: los pueblos han salido avantes de las guerras, de las catástrofes. Explica el doctor Frankl: el ser humano, rico, mediano o pobre, tiene temple, no todos desde luego, pues siempre habrá hombres buenos y malos, amargados e indiferentes. El sufrimiento no es patrimonio de los pobres. Hay que darle sentido y propósito a sus vidas. Fuera la demagogia y no ofrecerle el paraíso en esta vida o en otra, en una ideología o en su ausencia.

Las dificultades le dan un profundo sentido a la vida. La educación y la formación es el medio. Por ellas se alcanza la libertad espiritual, un camino para el progreso y para evitar que el destino sea un regalo. No es la suerte, hay que aferrarse a la vida (el amor, la familia, el trabajo, la acción), es el mensaje.