Resistencia en tiempos de aislamiento

Generalmente, cuando se habla de resistencia, se hace alusión a la lucha por un ideal y de problemáticas sociales en diversos sectores de una población. Dicha lucha persiste a través del tiempo, en los ámbitos políticos, económicos, sociales, culturales, entre otros. Nuestros pueblos se expresan, definen y defienden su posición en actos de rebelión…

Sin embargo, esta vez deseo hablarles de otro tipo de resistencia, aquella que proviene de la fe. Y es que, en tiempos del coronavirus, el aislamiento nos transporta a la reflexión. Un virus ha logrado paralizar el mundo entero, empezando por las grandes potencias. Todos, sin discriminación alguna, somos vulnerables. El ser humano, rey del conocimiento que ha salido victorioso en todas sus conquistas creyéndose invencible, ve cómo un virus se queda con su corona y lo reduce a su esencia más simple: su humanidad.

Sí, humanidad. En un mundo tan convulsionado y siempre tan apresurado, por fin podemos hacer una pausa, un alto en el camino para entrar en conexión directa con nuestro yo interior. Y desde nuestro fuero más íntimo poder hallar, redescubrir y reavivar espacios y momentos con aquellas personas con quienes compartimos nuestro hogar.

Además de la crisis emocional que explota, surgen otros problemas: bajón en las ventas, cierre de empresas, pérdida de empleos, falta de ingresos, los gastos que no cesan y bocas que alimentar. Entonces, yo vuelvo a mi reflexión. Pienso en algo superior que controla el mundo y que pone un orden, A esa fuerza suprema (a la que a muchos pueden culpar por esta crisis y llamarla castigo), yo le atribuyo la fe. Dicha fe se convierte en resistencia, en aquella fortaleza que nos une.

Tengamos fe en que, pronto se hallará una solución; fe en que esta tormenta pasará. Lamentablemente, sufriremos consecuencias, de un encierro obligatorio que dejará una economía fracturada, además, el haber tenido seres queridos enfermos o que fallecieron que en gran escala simbolizan el trágico escenario de luchar contra una pandemia. Aun así, tengamos fe. El sol volverá a brillar para todos por igual. ¡Resistan!

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