Falsos innovadores

El MIT, paradigma de la innovación tecnológica, ha descubierto en una publicación de Marc Andreessen, la incapacidad que tiene Silicon Valley para construir reales soluciones sobre las necesidades básicas de la población, en este contexto de pandemia. “Una falla de acción, y específicamente nuestra incapacidad generalizada para ‘construir’”, afirma.

La falsa innovación de las tecnológicas se orienta a no construir nada: vacunas, respiradores, prótesis, medicamentos, insumos. No se construye lo que realmente se necesita, dice el experto.

Y tiene toda la razón. Asistimos al develamiento de que la tecnología digital y las empresas de base tecnológica han apuntado a generar productos innecesarios, suntuarios y desechables.

“Las grandes empresas tecnológica no construyen nada. No es probable que nos dé vacunas o pruebas de diagnóstico. Ni siquiera parecemos saber cómo hacer un hisopo de algodón”, afirma Andreessen, quien ve en las corporaciones estadounidenses como las menos aptas para dar soluciones y generar propuestas frente al Covid-19.

Y aquí estamos iguales, nuestros emprendedores e innovadores, solo han hecho un “copy/paste” de los ejemplos de Silicon Valley, que desde hace tiempo Hugo Pardo dijo que tenían errores y había que aprender de ellos y no quedarnos como que fueran ejemplos a imitar, sino a superar.

¿Dónde están esos miles de emprendedores con base tecnológica que tanto se formaron en la década pasada… Dónde está el banco de ideas, las aceleradoras, incubadoras y tanques de pensamiento de transformación digital entregando soluciones rápidas y ágiles en esta pandemia?

Somos simples repetidores de los fracasos de Silicon Valley. No aprendemos nada, pero endiosamos a los que venden humo y les seguimos consultando sobre qué hacer y cómo aprovechar las plataformas digitales en lugar de presionarles para que ayuden realmente con lo que necesitamos. Falsos innovadores, charlatanes.