La crisis que se viene

El temor del contagio en esta letal pandemia obligó a prolongar el aislamiento y el estado de excepción, seguramente por todo mayo. Pero la economía y el comercio nacional e internacional tienen que continuar. Tendremos que aprender a convivir con este mal inducido, no obstante, a pesar de que la manera de comportarnos que deberá cambiar radicalmente, no se podrá contener la segunda ola de contagios y muertes que se viene; por lo que conocidos sociólogos han señalado con claridad, que si la gente no toma en serio las medidas de bioseguridad, nos enfrentaremos a la quinta extinción humana.

Hay países que si están saliendo adelante gracias a su disciplina, organización y educación. Lo que en el caso ecuatoriano, esto se ve muy lejano, pues la gente tiene que trabajar para mantener a sus familias, sobre todo del más de 60% de la población económicamente activa que se encuentra en el subempleo e informalidad. Y sobre los que aún conservan su empleo, pesa un futuro desalentador debido a la enorme crisis que se avecina, que generará inestabilidad laboral generalizada. Sin olvidar que antes de la pandemia, nuestra recesiva situación económica era ya la segunda peor de Latinoamérica.

Ahora bien, Venezuela, con su tremenda crisis a todo nivel, es un país con las reservas más altas de crudo en el mundo, y por lo tanto, a pesar del problema en su precio, tiene una chequera muy superior a la nuestra. Lo que equivale a decir, que cuando la crisis nos golpee con mayor contundencia, estaremos en peor situación.

¿Tenemos salida? Sí. Siempre y cuando logremos un acuerdo histórico entre todos los sectores, erradicando la corrupción con severas medidas, haciendo los cambios estructurales propuestos, y aceptando que la realidad supera a la legalidad, es la realidad sobre la que debemos actuar. Acuerdo difícil en un país auto bloqueado, y una tarea cuesta arriba para los aspirantes a gobernarnos. ¿Estarán a la altura?

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