Decisiones en estado de excepción

Robert Paúl Blacio Aguirre.

En Ecuador han transcurrido más de sesenta días desde que se emitió el estado de excepción por calamidad pública por COVID-19, desde ese momento, lo que hemos vivido los ciudadanos es una imagen desoladora de la pandemia; cuestionamientos al manejo gubernamental por el coronavirus; opiniones en medios nacionales e internacionales que han evidenciado crisis sanitaria, conflictividad política y el descalabro económico; a esto se suma, cifras oficiales de muertes por COVID-19 cuestionadas; medidas económicas que recaen “solidariamente” con los que menos tienen y lo más detestable los graves casos de corrupción.

En nuestro cantón Loja, tras una gran confusión por los anuncios contradictorios de los miembros del COE cantonal por el cambio de semáforo epidemiológico de color rojo a tono amarillo, forjó en la ciudadanía un estado de intranquilidad y preocupación. Previo a la toma de decisión del burgomaestre, de oficializar el cambio de color de semáforo, hubo discrepancias entre las autoridades locales y provinciales, donde se pudo evidenciar la falta de gestión, la falta de liderazgo y la falta de transparencia.

Estarían conscientes quienes regentan nuestra provincia y cantón, que primero debieron determinar si el sistema de salud y, la ciudadanía está lista para dejar la estricta cuarentena de aislamiento. Si en semáforo rojo se observaba a Raymundo y todo mundo, que esperaremos en semáforo amarillo.

Hablar de un pacto ciudadano, suena lírico, más aún cuando hay temas pendientes por resolver tanto en la órbita local, provincial y nacional, nadie se ha pronunciado de forma clara cómo el sur va a reemprender y a reactivar de manera inteligente sus actividades, post COVID-19. Lo que hay es más dudas que certezas.

En este estado de excepción por calamidad pública, concluyo que las decisiones consumadas reflejan falta de liderazgo, lo cual representa un peligro inminente para la colectividad. Una provincia y un cantón sin liderazgo, lleva a su pueblo a sucumbir no sólo por esta pandemia, sino en lo económico, social y laboral.

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