Con la misma vara

El ministerio de Gobierno calculó que unas 4 mil personas se congregaron en todo el país en la jornada de protestas de ayer. En redes sociales, varias voces argumentaban que no fue una convocatoria de un sector, y que muchos asistían por su inconformidad con las medidas del Gobierno y las leyes aprobadas por la Asamblea.

Sorprende la carta blanca que dio la ministra de Gobierno a la convocatoria hecha por centrales de trabajadores y estudiantes, porque contradice varias normas que por la pandemia del Covid-19 debe acatar el resto de la población.

Videos e imágenes de las protestas evidencian que la distancia interpersonal quedó para los libros. Gritos, cantos, el uso de megáfonos y banderas implican un serio riesgo de contagio del virus.

Epidemiólogos consultados coinciden en que Quito se encuentra en la cúspide de su curva de contagio. Es preocupante que esta indiscriminada exposición, no solo de quienes ejercen su legítimo derecho de expresión, sino de las fuerzas del orden, comerciantes de la zona, y todos quienes tendrán contacto con ellos en los días venideros.

Es lamentable que las protestas terminaran en lo de siempre: piedras y palos de un lado, gases y motocicletas, del otro. Lo que unos llamarán “defensa” y otros “represión”, cumple el vacío objetivo de deslegitimizar los reclamos que deben escucharse.

En aras de evitar el contagio personal y ajeno, millones de ecuatorianos dejaron de ejercer su derecho al trabajo, pero cabe preguntarnos si es que el derecho a la protesta de unos pocos prevalece sobre el derecho a la vida y la integridad de todo el resto.

La vida es una serie de cambios espontáneos; resistirse a ellos sólo trae sufrimiento.

Lao-Tse (c. siglo IV a.C.) Filósofo chino, a quién se atribuye el Tao Te Ching

En lenguaje religioso, se diría que una situación sin solución obliga al humano a depender de un acto de Dios.”

Marie-Louise von Franz (1915 – 1998) Analista junguiana y filósofa suiza.