Brasil corrupcion en pandemia

El gobernador del estado de Río de Janeiro, Wilson Witzel, mantiene una brega personal con el presidente Bolsonaro. (EFE)
El gobernador del estado de Río de Janeiro, Wilson Witzel, mantiene una brega personal con el presidente Bolsonaro. (EFE)

Redacción RÍO DE JANEIRO

El supuesto “desvío” de dineros públicos durante la emergencia causada por el Covid-19 en Brasil llevó ayer al allanamiento de la residencia oficial del gobernador del estado de Río de Janeiro.

Sao Paulo, Ceará y Santa Catarina son otros estados del país que están en la mira de las autoridades, donde también se han realizado búsquedas, incautaciones y hasta capturas.

En Río de Janeiro, irregularidades en la compra de respiradores ya habían hecho rodar las principales cabezas de la secretaria de Salud y, ayer, investigaciones sobre el montaje de hospitales de campaña llevaron a las autoridades a allanar la residencia del gobernador Wilson Witzel y otros de sus inmuebles, incluida la oficina de su esposa.

De acuerdo con las indagaciones, existe una red de corrupción que involucra a funcionarios de la administración del sistema público de salud del estado de Río de Janeiro.

Alega persecución

Witzel, exjuez federal y quien ganó la Gobernación de Río bajo un discurso de «mano dura» contra la corrupción y la violencia, negó haber participado en algún esquema de corrupción y acusó al presidente Jair Bolsonaro de «persecución política».

7 HOSPITALES provisionales son los que se habrían perjudicado por una red de corrupción en Río.Witzel y Bolsonaro tienen casada una pelea desde hace meses que se ha intensificado con la crisis de la pandemia y que incluye, desde el cruce de acusaciones que incluyen la investigación a Flavio Bolsonaro, uno de los hijos del Presidente, por desvíos de recursos en la Asamblea Legislativa donde es diputado

Robo en todas partes

El lunes la Policía registró varios inmuebles en Fortaleza, la capital del empobrecido estado de Ceará, nordeste brasileño, por irregularidades en la compra de unos respiradores que llevaron al desvío de unos 4,6 millones de dólares.

La compra de respiradores por más de $30.000 por unidad también se investiga en los estados de Santa Catarina y Sao Paulo. EFE