Escuchar al hambre

El Ministro de Salud participa en ruedas de prensa donde muestra gráficos, cuadros y cifras que sirven de argumento tanto para los que abogan por retomar la productividad, como para los que se rasgan las vestiduras para mantener el encierro. Mientras tanto, unas 850 mil personas en el país están en el desempleo.

Es cierto que habrá la tentación de tomar partido, la disyuntiva es de vida o muerte, mas el significado de lo que representa la “vida” no es uno solo; pasa por la orilla del asilamiento para unos, y por la del sustento familiar, para otros.

Miles de personas rompen el cerco epidemiológico todos los días. Así lo dijo el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, cuando reconoció que el 54% de los contagiados en Quito, a sabiendas de su diagnóstico, rompieron el aislamiento obligatorio y salieron de casa “por algunas horas”.

Confiamos en que todo ser humano actúa, en principio, de buena fe y en su legítimo derecho de buscar el mayor bienestar, para este y los suyos. El Estado debe reconocer que pese a volcar todos sus esfuerzos, recursos y maquinarias de comunicación, no ha logrado que el aislamiento sea acatado. La razón es simple: hay hambre y necesidad; y eso trunca todo lo demás.

El Estado debe garantizar la posibilidad de que el individuo busque su subsistencia; para esto, ya que proveer empleo y garantía de salud -frente al virus- le es imposible por ahora, debe entregar información y equipos de protección, servicios de salud, educación y seguridad en las calles para que, con ingenio, constancia y responsabilidad, cada persona sea libre de encontrar su sustento.

Muchos abogan por esperar, pero todos ellos lo hacen desde la relativa tranquilidad de un empleo formal y quizá, estable; hoy en día, un lujo. Todos los demás, deben ser escuchados.

Solo los grandes ocupan un gran espacio al no estar allí.”

G.K. Chesterton (1874 – 1936) Escritor y periodista británico, conocido como ‘el príncipe de la paradoja’.

Feminista es no aceptar que la diferencia sexual se traduzca en desigualdad social.

Marta Lamas, (1947 – ) Antropóloga mexicana.