Robert Paul Blacio
En estos momentos difíciles que estamos viviendo en el mundo, por causa de la pandemia por COVID-19, el Ecuador y nuestra provincia no son la excepción. Hemos visto tristemente como el sector del emprendimiento y la innovación a nivel nacional, han sido afectados de muchas maneras.
En la provincia de Loja, la mayoría de los propietarios de los emprendimientos de negocios de transformación de alimentos y bebidas (TAB), tienen la preocupación que al haber estado cerrado sus negocios por la actual pandemia, sus ingresos económicos han sido afectados directamente. Además, sostienen que con las medidas de distanciamiento social sus emprendimientos no tienen un futuro promisorio, por las restricciones del aforo; teniendo en cuenta, que la mayoría de locales son pequeños, con una capacidad de aforo de aproximadamente de 8 a 20 personas.
En la ciudad de Loja conforme diálogos con varios emprendedores, se puede determinar elementos preocupantes para este sector, 6 de cada 10 negocios arriendan el local y la gran mayoría no ha cancelado sus cánones de arrendamiento durante el estado de excepción; otro aspecto preocupante son las deudas, un gran número tiene pendiente el pago de servicios básicos, pago a proveedores, el pago de préstamos en las entidades financieras y reconocen tener saldos pendientes con el IESS, SRI, TURISMO, ARCSA, INTENDENCIA, MUNICIPIO, SAYCE y otros.
Pero no todo son malas noticias, el sur debe reemprender y reactivarse de manera inteligente, como todos los emprendedores que tienen la capacidad de convertir cualquier fracaso en victoria, ellos están poniendo de su parte, generando campañas, capacitándose, cumpliendo los protocolos de bioseguridad, generando alianzas estratégicas y ganando la confianza de sus clientes.
Es el momento propicio, en la que autoridades, líderes sociales y ciudadanía apoyen al emprendedor. Las autoridades, mediante políticas públicas, creando un ecosistema favorable para su actividad económica que fomente su desarrollo y crecimiento; los líderes sociales deben fomentar la capacitación, la formación de valores y el gusto de innovar permanentemente; y, la ciudadanía creyendo y consumiendo sus productos, con lo cual los emprendedores lograrán el éxito, perdurarán en el tiempo y fomentarán nuevas plazas de trabajo.
No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos incidir en el presente para cambiar el futuro, el sur reemprenderá, cuando esta trilogía (autoridades, líderes sociales y ciudadanía) entiendan que los emprendedores son agentes de cambio en la economía.