Tras ser incapaz de conseguir un pacto entre sus miembros para imponer una tasa digital europea a empresas como Google, Facebook, Amazon o Apple, la UE decidió intentar por conseguir un acuerdo global en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y, si este no llegaba para finales de 2020, hacer una nueva propuesta para introducir su propio impuesto.
Las negociaciones progresaban hasta que Estados Unidos anunció que se retiraba de la mesa. En respuesta, el gobierno norteamericano ablandó las preocupaciones al decir que solo propuso “una pausa” en la conversación.