Rocola y billares

Ibarra como otras ciudades del país, contó en el tiempo con personas que establecieron sitios de recreación, entre esas actividades las salas de billar no pudieron faltar, el espíritu de esa ocupación era visto como destreza y negocio que producía ingresos para mantener la vida.

Desde antes de los setenta, en el encuentro de las calles Sánchez y Cifuentes y García Moreno, hay una casa que se conserva aún, construcción pintada de blanco de caracteres curiosos y arquitectura diferente a la republicana, la casa de tres pisos está frente al parque la Merced y al Colegio San Pedro Pascual, allí existió un salón de billar. Vale recordar que alrededor del parque funcionaban las cooperativas de transportes que desde muy temprano y hasta la noche inundaban el ambiente con gritos que anunciaban el destino a los viajeros, en el área hubo hoteles y comedores.

La sala de billar se abarrotada de jugadores y espectadores en horas de la tarde y noche. Al pasar por aquella esquina era ineludible oír el sonido único del choque de las bolas de marfil propias para ese juego, el murmullo de los participantes alegando tal o cual jugada. Al interior, las mesas rectangulares de billa y billar revestidos de paño verde, humo de cigarrillo en el ambiente, y el conteo de las bolas caídas en las troneras. Entre pared y pared un alambre con las fichas que contabilizan las fallas del juego, desde el centro del tumbado pendiendo un foco amarillento y en una esquina, los tacos de madera utilizados en ese juego coqueteando a los jugadores.

Había otros complementos en ese negocio, permanecían tres o cuatro mesas destinadas para los juegos de la baraja, en la barra las tizas para encerar las puntas de los palos asegurando así las jugadas. Otra de las añadiduras era una estantería en la que exhibía una cantidad de gaseosas y cerveza. Era imponente la presencia de la rocola y su sonido tan especial repartiéndose por las cercanías de aquel negocio, los adolescentes de ese tiempo no podíamos ingresar a esos lugares, pero hábilmente encontrábamos el modo de elegir canciones en el turbador aparato, uno de los temas favoritos era “El extraño de pelo largo” interpretada por el grupo Bodega.