Rumbo al éxito

Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, acaba de hacer pronunciamientos por escrito, en torno a los efectos que enfrenta la región ante la desbocada pandemia de coronavirus que azota en forma inclemente a vastos sectores poblacionales, dejando estelas de muerte y retraso.

En momentos de aguda depresión personal, social, de salud y económica, resulta estimulante escuchar voces que miran optimistas el devenir. Una de ellas es la del alto funcionario mencionado que, entre otras reflexiones, reconoce que es imposible prever el futuro, ya que está atado a un sinnúmero de imponderables, como lo acontecido en estos días por la acción del Covid-19.

No obstante, recomienda tomar medidas en la dirección correcta, construir lo que vendrá con visión a largo plazo, aprovechando al máximo la identificación de nuevas oportunidades, para sortear de mejor manera las crisis, desterrando errores del ayer y aprendiendo los éxitos de otras latitudes.

El asunto no es fácil, más aún en sociedades como las nuestras, devoradas por la creciente pobreza, el desánimo, la imparable corrupción. La anotada, por tanto, es orientación saludable, oportuna para idear emprendimientos y no quedarse envueltos en el lamento vano, improductivo, demoledor, sin que esto quiera decir que se prescinda de cuestionar procedimientos errados de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de la nave del Estado.

El rumbo al éxito en las circunstanciales actuales suena desacorde con lacerantes realidades. Tener visión de lo que debe hacerse no es descabellado, más bien se torna recomendable, a fin de buscar soluciones apartadas de utopías, pero sí acordes a la certeza de cada uno.

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