Apuros de la Alcaldía

La presencia de COVID 19, cambió radicalmente las costumbres y hábitos del ser humano. En el caso de quienes vivimos en Ibarra, notamos con regularidad los cambios, y aunque confinados en obediencia a las autoridades y por amor a la vida, nos duele adaptarnos a una nueva manera de vivir, el descontento se expresa de diversa forma, el lamento y se hace común, quedando la esperanza que llegue la normalidad acostumbrada que al parecer no es cercana.

Algunos ciudadanos respetuosos de la norma y de los acuerdos del buen vivir, acogiendo las regulaciones del COE cantonal y de la primera voz del Municipio, esperan afanosamente lleguen los felices instantes que les permite salir a cumplir con trámites ineludibles en la vida de cada quien. Muchas veces lo hacen cercados por el temor a que en cualquier parte, esquina o vereda, esté agazapado y en asecho el depredador virus.

Aprovechando esos instantes los pobladores se solazan aunque sea momentáneamente con el preciado derecho a caminar por la urbe, extasiarse con su luminosidad, mirar sus calles, acaso alzar la mano correspondiendo o enviando saludos a amigos, conocidos o familiares. Pero buscan también arrobar su intimidad mirando las edificaciones, plazas o parques que son sustancia inseparable y subjetiva de cada ibarreño.

Caminar por la ciudad trae también sustos comparables con el daño que se dice causa la pandemia, para muchos es decepcionante hallar una ciudad en abandono, o con tristes decisiones venidas de instituciones que autoritariamente hacen y deshacen de los bienes y espacios públicos como si fueran de su propiedad. Mucho se queja el ciudadano común de la despótica decisión de señalar espacios equivocados en las calles marcando vías para el uso de las bicicletas.

Otro desengaño que trae pesadumbre es la construcción de nueve covachas frente a la solemne edificación del antiguo cuartel y sobre la vereda del tradicional parque La Merced. La obra no se socializó y está en desacuerdo con los empeños de los comerciantes de nogadas. ¿Cuál es el apuro de estas construcciones si había otras desde la administración anterior? La ciudadanía tiene sus propias deducciones empezando por el costo de esa obra.