La Gestión de Riesgos es corresponsabilidad de todos

Priscila Amalia González Briceño

La gestión del riesgo de desastres se ha convertido en un tema de vital importancia para la administración pública y privada, debido a que los desastres pueden suceder en varias formas, con duraciones que van desde horas hasta días, semanas o incluso meses de daños y pérdidas prolongadas.

Esto ha evidenciado el escaso conocimiento y preparación de las autoridades y de la sociedad en el tema, además de la falta de apropiación de planes de prevención y de acción. En consecuencia, se observa un gran vacío en la aplicación de políticas públicas y programas de manejo de riesgos de desastres, que hoy sólo se operan de manera reactiva e improvisada.

La pandemia por COVID-19 ha confirmado la fragilidad de nuestras acciones, pues ha dado un golpe brusco a la economía, política, gobernanza, entre otros ejes de la sociedad; no obstante, se debe considerar que esta crisis nos ha cambiado y que su huella trascendental es una oportunidad para la construcción de una sociedad del futuro.

Para sobrellevar esta realidad, la comunidad, a través de su compromiso de liderazgo local, debe contar con una buena preparación, que les permitirá ser capaces de responder y gestionar los riesgos de desastres y a su vez reducir los daños y pérdidas frente a este tipo de amenazas complejas y encadenadas. Esto ayudará a abordar una preparación efectiva desde una visión multisectorial y de diversos actores, tal como lo requiere la complejidad de las amenazas que enfrentamos y enfrentaremos.

No podemos volver a la situación de siempre y relajarnos en antiguas costumbres, la manera de lograrlo es que seamos capaces de separar nuestra concepción y nuestras metas de calidad de vida, de nuestra capacidad de depredación. Hacia eso apunta el concepto de “El Buen Vivir” que ya quedó consagrado en la Constitución del Ecuador y que hoy por hoy se intenta encontrar la manera de alcanzarlo.

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