A 15 meses del incendio, no logran remover un andamio

Redacción PARÍS

Quienes trabajan en la reconstrucción de la icónica iglesia de Notre Dame en la capital francesa, incendiada casi hasta la destrucción en 2019, buscan la fórmula mágica para contener con veinte vigas, cada una de dos toneladas, el andamio que se quemó en el incendio y que amenaza con derrumbar el edificio.

La tarea es extraordinaria y la presión mediática e histórica es constante.

La misma empresa de andamios intervenía ya en las obras de restauración que estaban en marcha la noche del incendio.

Para la remodelación anterior, necesitaban un andamio que no reposara sobre la estructura, y para eso construyeron uno de 300 toneladas.

Pese a que la cubierta desapareció por completo con el fuego, el andamio sigue en pie, aunque se han retirado de momento unas treinta de las 300 toneladas que pesa el armatoste metálico.

La peor pesadilla de los obreros, quince meses después, es que el andamio se venga abajo y con él el edificio. Aún no saben cuándo exactamente acabarán el desmontaje.