Crimen espantoso

Como si se tratara de una espeluznante película de terror, los habitantes de la ciudad comentan un hecho reprochable y ominoso que horroriza y a la vez encrespa al alma más indiferente. El sobresalto de los ibarreños es ocasionado por un abominable acto de abuso sexual, delinquido en el Hospital del IESS de Ibarra, el escenario para el aciago crimen fue un área restringida de esa casa de salud. La víctima de ese monstruoso caso es una adolorida mujer positiva con Covid 19.

Lo absurdo de este doloroso suceso es que durante un día luego de la acusación de la víctima, no se puso en conocimiento de las autoridades pertinentes para que tomaran las debidas acciones, la detención del responsable de la atroz violación y para cumplir con los protocolos que recojan las evidencias. Al contrario, se conoce que cierto cuerpo de esa casa de salud, agredió y trató de inducir a la abatida vulnerada, a que creyera que el reprochable acto era producto de su imaginación, lo que hace pensar en una trama de ocultamiento de la verdad, quizá para evitar el descrédito del establecimiento o para proteger el hecho y a su causante.

La Fiscalía dictó prisión preventiva para el presunto violador, la instrucción fiscal será de treinta días, además otorgó las medidas de protección para la agraviada.

El execrable acto perpetrado al parecer con absoluto desparpajo, evidencia abandonos y negligencias por parte de funcionarios y de la seguridad del hospital, poniendo en serio riesgo la integridad de quienes con pleno derecho, asisten a esa casa de salud que se entiende incorpora a profesionales, personal calificado y que gozan de plenitud psíquica. El caso desestima la confianza y asusta a los dolientes.

Denunciar los crímenes es obligación humana, es inminente en los seres de bien, no engrandece ni envalentona a nadie. Es contradictorio para el contrato social y para la conciencia no cumplir cuando se conoce estos hechos. Que la denuncia no abandere ningún pensamiento calculador, ni acuñe nombres, porque más allá de los bríos están los derechos humanos y constitucionales. Que la fiscalía acuse pronto y pida la pena máxima para los autores, cómplices y encubridores.