El Consejo Nacional Electoral no solo tiene el reto de llevar a cabo un proceso electoral en medio de una pandemia, también deberá hacer cumplir directrices para acatar las medidas de bioseguridad y evitar contagios de Covid-19.
Para garantizar la salud de los votantes, de los miembros de juntas receptoras del voto (JRV) y de los otros actores que se desenvuelven en el escenario de los sufragios, el CNE dispuso que las urnas ya no sean de cartón. Los biombos serán está vez de acrílico, policarbonato o de algún otro material que soporte una constante desinfección.
Las JRV, cada una de 350 electores, también presentarán cambios. Cada aula de los recintos electorales acogerá una sola, esto para evitar aglomeraciones de personas.
Las medidas fueron socializadas durante el segundo consejo consultivo de organizaciones políticas que se llevó a cabo ayer con la presencia, en modalidad virtual, de 11 delegados.
En la reunión, las autoridades del CNE establecieron una proyección sobre cuál sería el rubro que reciban los movimientos para la propaganda. Este podría ser de 42 millones de dólares, a diferencia de los $27 millones que recibieron los candidatos en las elecciones generales de 2017.
Alfredo Serrano, representante del Partido Social Cristiano (PSC), dijo que esta cantidad debería ser revisada y disminuida, considerando que el país atraviesa una severa crisis económica.
Giovanni Atarihuana, del movimiento Unidad Popular, consideró que la promoción electoral es un derecho para equilibrar fuerzas. Sin los dineros que asignen el CNE, dijo, tendrían ventaja grupos de banqueros y empresarios con pretensiones de llegar a Carondelet.
En lo que sí coincidieron Serrano, Atarihuana y también Enrique Ayala Mora, del Partido Socialista Ecuatoriano, es con la idea de que sí debió modificarse el calendario electoral para que las elecciones se posterguen dos semanas. Sin embargo, la fecha quedó fijada para el próximo 7 de febrero de 2021. (FLC)