LA ÉPOCA DEL EMPRENDIMIENTO

Álvaro Leonardo Peña Flores

No cabe duda que la crisis actual generó un impacto positivo para quienes tenemos el don de emprender, este digno oficio se ha convertido en el dinamizador de la economía doméstica en los últimos meses. Todos somos testigos de la variedad de ofertas que existe en el mercado digital y es digno de emular porque es una actividad que nos genera independencia, nos ha convertido en nuestros propios jefes, situación que muchos profesionales anhelamos y, por supuesto, nos mantiene activos con la mente despierta, desarrollando la creatividad para poder generar valor agregado a productos tan sencillos como la comida casera o servicios como la mensajería instantánea, que resulten atractivos para nuestros potenciales clientes, sin dejar de lado el miedo vencido que muchas veces frustró proyectos buenísimos que habíamos tenido en mente.

Es muy importante que todos estos negocios que inician como mero sustento temporal, se conviertan en planes de negocios atractivos para micro y medianos inversionistas, sin menoscabar la obligación del Estado de promover e impulsar estos emprendimientos con el acceso a microcréditos que ayuden a disminuir la brecha existente. La historia nos enseña que ideas simples y sencillas pero desarrolladas con pasión y perseverancia, hoy son imperios. Es por ello que este tema se debe inculcar desde la escuela, con la finalidad de fomentar nuevas ideas que proporcionen las competencias, conocimientos y actitudes básicas para el desarrollo de una cultura emprendedora y generadora de trabajo, con asertividad y pensamiento estratégico. Esta etapa quedará marcada como la época del emprendimiento, donde la comida, el diseño, el transporte y la agricultura fueron los protagonistas del nuevo rostro del mundo.

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