Destino

Nuestro destino, impuesto por una clase política de asco, permitió la instauración del narco-comunismo. No tuvo agallas para conducir una sostenida resistencia, nos obliga elegir a los menos pésimos, no a los mejores. Salvo que reaccionemos por mano propia, no hay salida, mientras tengamos políticos miserables, egoístas, mediocres, mentirosos (memms). A los «memms» les interesa un comino partido por la mitad, el país; hacen todo para ellos beneficiarse, no actúan por cambiar las reglas del narco-comunismo, se acomodan.

De qué sirve comentar sobre: cinismo, corrupción, injusticia e impunidad que tanto se critica, si no se condena a los narco-comunistas, culpables de esas inconductas, porque «muchos jueces son incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia.»(Brecht). Santo Domingo debe proyectarse a 70 años, construir una edificación de varios pisos, en el actual terminal terrestre, negociar los terrenos adyacentes, para adquirir 150 hectáreas en la vía Chone y construir la Ciudadela Administrativa, que concentre oficinas del gobierno nacional, provincial, municipal, parroquial; Corte de Justicia; direcciones provinciales de instituciones públicas; plaza cívica, teatro, cine, biblioteca, museo, complejo deportivo, lagos, bosques, centros comerciales y urbanización para funcionarios y particulares.

La propuesta fue presentada al primer Consejo Provincial en 2009, por la consejera Narcisa Argandoña, no la ejecutaron. La ineptitud es la regla en el narco-comunismo. La provincia, el cantón, les importa un comino partido por la mitad. Les interesa representación política, para hacer lo único que saben: saquear bienes públicos. El desprecio a lo público se concreta cuando se enriquecen con la obra o función pública, cuando festejan su realización y cuando exigen que se les trate como «autoridades»; no entienden que la obra y función pública se realiza a través de un presupuesto que pertenece a sus mandantes, los contribuyentes; no es dinero de los mandatarios políticos, quienes deben asumir sus funciones con responsabilidad, decoro, modestia, como corresponde a lo que son: sirvientes del Estado.

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