Bucaram y la biopolítica

Por casi 14 años se entronizó una élite corrupta y negligente desde una justicia de leyes enmarañadas para consolidar la impunidad. Sin duda, el allanamiento, cobertura mediática y retorno a casa de Abdalá Bucaram fue un ‘reality show’ de obediencia torpe e irracionalidad. Una orden casi alienígena que confabula a políticos, policías, jueces y abogados para responder ante el asesinato en una prisión del Estado de un testigo israelita, vendedor de insumos médicos, que enriqueció a varios durante el confinamiento de la pandemia. Una justicia populachera ‘copy-paste’ de los días más bárbaros del correato acosador de opositores y diagramador del periodismo.

En paralelo, las cárceles fueron militarizadas para acumular todas las ignorancias: soberbia, impotencia, mediocridad, inoperancia. Esto a causa de bala y sangre entre bandas: ‘choneros’, ‘lagartos’, o de los guetos del Parlamento. Conflicto después de abusar de una liberación de reos y huida de ‘capos’; en la calle, el robo imparable de autos, explosión de bombas en canales de TV, venta de armas de grueso calibre, drogas y sicariato, actos dirigidos desde las prisiones donde no colocan inhibidores de señal en los teléfonos móviles. Momento oportuno para un ex mesías que presume inmortalidad y omnipotencia cuya leyenda crece tras policías y abogados que lo acompañan.

En un país de bolsillo, hasta el delincuente más conspicuo, capo número uno desde Bélgica, envía sus emisarios a realizar las próximas elecciones. Una ex ministra huye a Argentina con grillete y aparece una fauna de chimbadores presidenciables tras pandillas de oportunistas y malhechores enmascarados para aumentar su fatua hoja de vida. Así, Bucarán, el Salcedo de la avioneta caída y hasta un rector ‘consigliere’ de otra mafia se auto-proclaman candidatos. Un pisotón a la conciencia democrática de la ciudadanía que pretende no repetir la época de encomiendas y esclavismos: urnas y fraude serán la condena a la miseria de una mitad del siglo XXI.

Hoy, la bio-política del coronavirus en el país es una gruesa enciclopedia de criminalidad, saqueo atroz, negociados, y ‘haraquiri’ de pobres en hambruna. Muestra del fracaso político instituido. Pero, falta aún el capítulo crucial sobre el acceso a la vacuna universal y el desabastecimiento de agua en las ciudades. Estrofa fría del poder de una chequera; turno eterno y dosis para clientes, colocados al último de una larguísima fila.

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