Priorizar la niñez

Si como sociedad hiciéramos una lista de prioridades cabe preguntarse qué lugar ocuparían nuestros niños. Es insuficiente importancia que, a través de recursos, instituciones, políticas de gobierno, seguridad y protección se da a la infancia.

Durante los cinco meses de emergencia, confinamiento y pandemia, muchos temas coparon el debate nacional por encima del bienestar y futuro de los niños. A pesar de la violencia intrafamiliar, trabajo doméstico, ansiedad y depresión en los niños, el ahondamiento de la brecha educativa, en los esfuerzos por ‘reabrir’ la economía y mitigar la crisis causada, se habló primero de la construcción, del sector productivo y automotriz, restaurantes, hoteles y atracciones turísticas, todo primó antes que la educación.

Urge un plan de educación a largo plazo que asegure continuidad. “No es que un día hago escuelas del milenio, luego mejor abro las unidocentes, luego refuerzo la teleeducación. Esa inestabilidad afecta la enseñanza”, dijo con acierto a La Hora un docente jubilado.

En los países nórdicos, pese a que no se ha logrado controlar la curva de contagio y conscientes del riesgo de un repunte, se priorizó la apertura paulatina de las escuelas, con orden, modalidad semipresencial y los vulnerables estudiando desde casa.

El ministro de salud de Noruega, Bent Hoie, dijo que al priorizar a los niños aplicarían restricciones en otros sectores si eso permite reabrir las escuelas.

Basta mirar los mercados y centros comerciales en el Ecuador, para preguntarnos si todos esos niños que acompañan a sus padres no estarán mejor, por unas horas, estudiando en el aula.

Él estará preso ante una puerta que abre para adentro, siempre que no se le ocurra jalar en lugar de empujar.”

Ludwig Wittgenstein (1889-1951) Filósofo, matemático y lógico; Austria.

La vanidad es mirar el pequeño círculo en el que se vive como el centro del universo, y la vida privada como el estándar universal.”

Ernst Cassirer (1874-1945) Filósofo y sociólogo de origen pruso-judío.