Alcaldesa con palo de ciego

Agarrada el palo de la arrogancia, dando pasos en el vacío, tal como un ciego, la primera autoridad municipal va de tumbo en tumbo, olvidó la trascendente responsabilidad que le confiara el pueblo ibarreño, y que en desatino cree que la ciudad es un feudo donde con desproporciones, autoritarismo, abusos, atropellos e incumplimientos con la norma, vea una ocasión para impulsar el vasallaje.

Anormalidades aparecen todos los días, sin embargo, la tozudez y porfía cierran los espacios a los empeños del Concejo Municipal y a las esperanzas de los pobladores que no quieren un final vergonzoso que efectivizará arbitrios que acuerden la cesación del cargo.

Asoman novedades agrias, que abruman y apuntan a la corrupción y que son difíciles analizarlas en un espacio corto, mas, sorteándolas trataré un tema que alarma por doloroso y triste.

Hay personas que fijan manos y sabiduría para asistir a los humanos, pero asimismo, existen otras que son compasivas con los animales, batallan para impedir rudezas que perjudican a esas vidas, en especial a la fauna urbana. Estas luchadoras han fundado organizaciones que se enmarcan en el activismo animal y patrocinan curaciones, alimento, medicina y hogares que empaten con la protección animal, pero igual se ven atosigadas y sin espacio en esta administración.

El Municipio cuenta con una clínica para los padecimientos de perros y gatos. Por falta de presupuesto se entregó a la Clínica BAI, se ignora si fue comodato u otro acuerdo, sin embargo, se presumen rarezas que descuidan el objetivo inicial, no llega a los sectores necesitados como la esterilización y al decir, hay curaciones con costos elevados.

Coyuntural al tema está la oficina municipal de Fauna Urbana confiada a una persona instruida para jefe de cocina y que dista del conocimiento de un Ing. en Medio Ambiente.

Organizaciones como “Voz Animal” y otras que propenden la protección animal y los derechos de la naturaleza, participaron en la elaboración de la Ordenanza que trata este tema, convalidando con el Código Orgánico Ambiental, mas por incuria no se ha oficializado en el registro pertinente, entendiéndose como otra infecta pelea de perros y gatos.