Salvemos el empleo

El escenario político nacional sigue revuelto y lleno de incertidumbres. De los 24 precandidatos, ahora quedan 10 que siguen siendo demasiados. Es evidente que la Ley de Partidos es un mamotreto que tiene que ser reformado. Ridículo número de agrupaciones políticas, dueños absolutos de estos, caudillismo populista malsano, incapacidad exprofesa de formación de nuevos líderes debidamente capacitados, y demás taras que solo retrasan nuestro desarrollo como país.

Antes de la pandemia ya estábamos en una tremenda crisis económica. Estábamos peor que nuestros vecinos y socios comerciales. Hoy, nuestro PIB ha retrocedido el 12 % y con tendencia a convertirse en un 30%, lo que sería terrible para todos, más aun, cuando no se vislumbran propuestas novedosas y creíbles entre los aspirantes a dirigir los destinos de la patria.

Ya se aprecia un excesivo cobro en los servicios básicos y otros a la ciudadanía. La recaudación ha bajado sustancialmente, demostrando que los gastos permanentes deben ser financiados con ingresos permanentes, y no como lo han venido haciendo los últimos gobiernos. Un economista es aquel que sabe cómo manejar la escasez, pero parece que cuando hubo abundancia, se perdieron los papeles. Y de esa mala gestión, hoy palpamos el camino al ocaso como nación. Pero siempre hay alternativas para salir adelante. Desafortunadamente, los mismos de siempre, con las mismas fórmulas y propuestas poco creíbles y probadamente fracasadas, piensan regresar a gobernarnos. Esto, ofende a los ecuatorianos.

Los ejemplos de Francia, Chile, Perú y otras naciones, han entendido que es el Estado el que hoy debe servir de garante a las propuestas ciudadanas viables que generen crecimiento y empleo, y están dando con cero % de interés los préstamos a los emprendedores y sin mucho requisito. Es que no queda otra que sacrificar al sector bancario temporalmente para salvar la patria. Y en nuestro caso, paradoxalmente, éste se ha convertido en el único sector que ha batido records de utilidades en medio de una economía deprimida, sin crecimiento. Esta es apenas una idea, como reducir el IVA, eliminar burocracia inútil, el ISD, flexibilización laboral…Hay salidas. Pero…

Eduardo Chiriboga Aponte

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